UVALDE, Texas.- Los agentes de la Patrulla Fronteriza que acudieron al tiroteo en la localidad texana de Uvalde, en 2022, no pusieron a nadie al mando y estaban insuficientemente capacitados para hacer frente a lo que se convirtió en una de las masacres escolares más letales en la historia de Estados Unidos, según un informe federal divulgado el jueves. Sin embargo, los investigadores concluyeron que los agentes no infringieron normas y no se recomendó ninguna medida disciplinaria.
El informe del Departamento de Seguridad Nacional, de unas 200 páginas, no atribuye culpa generalizada por la vacilante respuesta policial en la Escuela Primaria "Robb", donde un adolescente armado con un fusil tipo AR mató a 19 estudiantes y dos profesoras en el interior de un aula de cuarto grado. Casi 200 agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) participaron en la respuesta, un mayor número que ningún otro organismo policial.
El agresor permaneció en el aula más de 70 minutos antes de que un equipo táctico, encabezado por la Patrulla Fronteriza, entrara y lo abatiera.
Gran parte del informe —que, según la agencia, fue iniciado para "proporcionar transparencia y rendición de cuentas"— vuelve a relatar el caos, la confusión y los numerosos errores policiales que otros lapidarios informes oficiales ya han puesto al descubierto. Algunos familiares de las víctimas se indignaron porque los investigadores federales no mencionaron a nadie que mereciera medidas disciplinarias.
"La falla de los agentes que acudieron de no establecer protocolos identificables de manejo de incidentes o de mando y control condujo a una respuesta desorganizada al tiroteo en la Escuela Primaria Robb", señala el informe. "Ningún agente estableció nunca claramente el mando en la escuela durante el incidente, lo cual provocó retrasos, inacción y potencialmente más pérdidas humanas".
La CBP dijo en un comunicado que los investigadores "Llegaron a la conclusión de que ninguno de los agentes de la CBP que acudieron a la escena había infringido ninguna norma, reglamento o ley, y ningún agente de la CBP fue referido para que sea sujeto de una acción disciplinaria".
Desde hace tiempo, los familiares de las víctimas exigen que haya rendición de cuentas por la lenta respuesta policial en Uvalde.
Jesse Rizo, cuya sobrina Jacklyn Cázares fue una de las estudiantes asesinadas, dijo que aunque él no había visto el informe, familiares que sí lo habían visto le relataron su contenido y se sintió decepcionado al enterarse de que no se responsabilizaba a nadie.
"Esperábamos ciertos resultados después de estas investigaciones, pero hemos sufrido una decepción tras otra", dijo Rizo, integrante de la junta escolar de Uvalde.
´DESORDEN CAÓTICO´Algunos comentaron que los mensajes transmitidos por radio eran a veces ininteligibles porque se hablaba al unísono.
Un agente fronterizo que fue enviado a brindar apoyo al Centro Cívico, donde las familias se reunieron a la espera de recibir información sobre sus hijos, dijo que la escena era un "desorden caótico con los padres, los medios de comunicación y la policía", señala el informe.
Más de 90 agentes de la policía estatal se encontraban en el lugar, así como policías escolares y municipales. Varias investigaciones federales y estatales han puesto al descubierto una serie de problemas relacionados con la capacitación de los agentes, la comunicación, el liderazgo y la tecnología de la cual disponen, y han cuestionado si los agentes le dieron prioridad a la protección de sus propias vidas por encima de la de los niños y las maestras.