- Cleveland , TX.
Wilson García y su familia eran parte de la comunidad de inmigrantes hispanos forjada entre los densos bosques de pinos cerca de Cleveland, Texas, mediante una combinación de trabajo, dedicación y amor de familia, amistad y vecinos.
En un terreno de 4,046 metros cuadrados (un acre) comprado con una pequeña cuota inicial, García construyó una vivienda en el barrio Trails End para ofrecer una morada a su familia y también para poder invitar a sus amistades.
La verdosa pradera alrededor de la casa, ubicada a unos 100 kilómetros (60 millas) al norte de Houston, le recordaba a García su Honduras natal.
Esa belleza quedó destrozada por la violencia armada el 28 de abril, cuando, según las autoridades, un vecino, Francisco Oropeza, respondió a los pedidos de que dejara de disparar su fusil en su jardín en horas de la noche, entrando a la casa de García y matando a cinco personas.
Las víctimas incluyeron a la esposa de García, Sonia Argentina Guzmán; su hijo de 9 años Daniel Enrique Laso; los amigos Diana Velásquez Alvarado, de 21 años; José Jonathan Cáceres, de 18 y la novia de Cáceres, Obdulia Julisa Molina Rivera, de 29. Todos eran de Honduras.
En momentos en que las víctimas eran recordadas por sus esfuerzos para conseguir una vida mejor en Estados Unidos o por su coraje al proteger a niños durante el ataque, García y sus vecinos se preguntaban si la comunidad alguna vez se recuperará.
HORRIBLE, OSCURO“No tengo palabras para describir lo que pasó. Es como que estoy vivo, pero al mismo tiempo no lo estoy. Lo que pasó fue algo horrible, oscuro”, dijo García a reporteros después del tiroteo.
Oropeza, de 38 años, fue capturado tras una persecución de cuatro días, e instruido de cinco cargos de asesinato.
Semanas antes del suceso García, quien trabaja de electricista, y Guzmán habían celebrado el nacimiento de su hijo. Se sumaba a Daniel y a una hermanita de dos años y medio. También vivían en la casa el cuñado de Wilson García, Ramiro Guzmán, y su esposa e hijo de seis meses.
Las demás personas que estaban en la casa al momento del ataque eran otros familiares y amigos que solían ir los fines de semana, indicó Garcia.