NOGALES, México.- Ana Ruiz se quedó consternada al ver cómo migrantes de algunos países eran liberados en Estados Unidos con órdenes de comparecer en cortes migratorias, mientras ella y otros mexicanos eran deportados en un viaje de autobús de una hora al puesto fronterizo más cercano.
“Están dando prioridad a otros países”, dijo Ruiz, de 35 años, tras llamar entre lágrimas a su familia en el estado sureño de Chiapas desde el refugio para migrantes San Juan Bosco. El director del refugio dice que reciben unos 100 deportados al día, más del doble de los que veían antes de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmara un decreto que suspende los trámites de asilo en la frontera con México cuando las detenciones por cruces ilegales de la frontera alcanzan las 2,500 diarias.
La suspensión del asilo, que entró en vigencia el 5 de junio y ha supuesto una reducción del 40% en las detenciones de cruces ilegales, se aplica a todas las nacionalidades, pero afecta especialmente a las que tienen más opciones de deportación, en concreto a los mexicanos y otras personas a las que México acepta recibir: cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos. La falta de dinero para vuelos arrendados, las malas relaciones diplomáticas y otras complicaciones operativas hacen más difícil deportar a gente de muchos países de África, Asia, Europa y Sudamérica.
El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, dijo que Estados Unidos trabaja con países de todo el mundo para que acepten más de sus ciudadanos deportados, y citó desafíos que iban desde las relaciones diplomáticas, al tiempo que toma conseguir documentos de
viaje.“La realidad es que resulta más fácil llevar a personas de algunos países que de otros”, dijo en una entrevista el miércoles en Tucson, Arizona. “Sí llevamos personas a Senegal, llevamos personas a Colombia, llevamos personas a India, puede ser más difícil”.
Los mexicanos suponían el 38% de las personas detenidas en mayo, por debajo del 85% de 2011, pero aún la nacionalidad más frecuente por mucho. El sector de Tucson de la Patrulla Fronteriza ha sido el más transitado para los cruces ilegales durante buena parte del año. El año pasado, casi tres de cada cuatro detenidos en esa zona eran mexicanos, lo que ayuda a explicar por qué la congelación del asilo ha tenido más efecto en Arizona.
Las autoridades estadounidenses dicen que la media diaria de los últimos siete días en el sector de Tucson cayó a menos de 600 detenciones esta semana, respecto a las casi 1.200 del 2 de junio.
Los agentes fronterizos en Arizona han enfrentado una dura prueba desde finales de 2022 con la llegada de personas con nacionalidades difíciles de deportar, primero de Cuba y después de Mauritania, Guinea y Senegal. Muchos cruzan cerca de Lukeville, a unas cuatro horas en autobús de un gran centro de procesamiento en Tucson.
Muchos mexicanos cruzan de forma ilegal mucho más cerca de Tucson, en Nogales, Arizona. Algunos trepan un muro con escaleras fabricadas con materiales de una planta de cinturones de seguridad en el lado mexicano de la frontera, y desaparecen entre las viviendas y negocios en cuestión de segundos. Otros se entregan a los agentes de frontera para pedir asilo, y entran por huecos en el muro que se van reparando. Un grupo de 49 personas, en su mayoría mexicanos, esperó el martes a los agentes.