- Nueva York
Desde la pandemia, Elizabeth Hulanick ha regresado a los juguetes de la infancia para aliviar el estrés. Ella y sus colegas compran Legos para jugar en sus escritorios. También volvió a jugar con plastilina, al sentir que la reconfortaba moldear esa masilla.
Incluso su muñeca Samantha, que guarda en su armario junto con la vajilla, le trae consuelo. Tuvo que esperar un año para que su madre se la comprara cuando era niña, y ahora, dice, le recuerda que debe tener paciencia.