NUEVA YORK, NY
Un grupo de salvadoreños, hondureños y nicaragüenses suspendió una huelga de hambre que tenía prevista el viernes cerca de la Casa Blanca debido a que el gobierno del presidente Joe Biden extendió un estatus migratorio temporal conocido como TPS hasta mediados de 2024.
Miembros de la asociación Alianza Nacional del TPS habían organizado la huelga para forzar a la administración de Biden a extender el alivio migratorio 18 meses más o ampliarlo para abarcar a más centroamericanos. Antes del anuncio de la extensión, el TPS y sus correspondientes permisos de trabajo eran válidos hasta el 31 de diciembre.
“Es una alegría recibir buenas noticias pero vamos a continuar con esta lucha para lograr un estatus permanente”, dijo Arnoldo Díaz, un salvadoreño miembro del comité ejecutivo de la Alianza Nacional del TPS.
Estados Unidos designa a un país con TPS (Temporary Protection Status, en inglés) si éste presenta condiciones que impiden que sus connacionales regresen a él de forma segura o si ese país no puede sobrellevar su regreso.
El TPS impide la deportación de quien lo tiene en Estados Unidos pero no equivale a una residencia permanente. Se calcula que unos 77.000 hondureños, 4.200 nicaragüenses y unos 242.000 salvadoreños se benefician del TPS en Estados Unidos, según datos del gobierno estadounidense. Inmigrantes que llegaron recientemente a Estados Unidos no pueden obtenerlo porque el TPS acoge únicamente a los que llegaron en plazos específicos hace décadas, como por ejemplo después de la destrucción causada por el huracán Mitch en 1999.
Activistas a favor de los inmigrantes llevan años pidiendo al Congreso estadounidense que apruebe una reforma migratoria que incluya a los beneficiarios del TPS, quienes piden una residencia permanente en lugar de un estatus temporal que debe extenderse cada varios meses.