McALLEN, Texas
La canciller Alicia Bárcena informó que la administración del gobernador de Texas, Greg Abbott, moverá hacia Estados Unidos las boyas que colocó en el Río Bravo, y que invadían, en su mayoría, el territorio mexicano.
Sin embargo, la funcionaria dijo que el interés de México no es que las mueva, sino que las retire completamente del afluente, por ello ya envió al Gobierno de Estados Unidos una tercera nota diplomática.
"El gobernador de Texas está moviendo las boyas al lado norteamericano. Pero eso no es la solución. Nosotros lo que queremos es que retiren las boyas", señaló.
El Gobierno mexicano, indicó, envió nuevamente a la zona de Eagle Pass una nueva misión de la Comisión Internacional de Límites y Aguas para determinar dónde será recolocado el muro flotante.
Bárcena adelantó que la próxima semana la Corte Federal de Estados Unidos decidirá sobre la demanda que interpuso la administración de Joe Biden contra el Gobierno de Texas, pues no le corresponde colocar una barrera física en la frontera.
"Estamos esperando que la Corte Federal decida que se retiren las boyas, que eso lo que estamos pidiendo", dijo.
La funcionario, entrevistada tras participar en la clausura de la Sexta Semana Binacional de Educación, informó que se está trabajando en la instalación de un centro que atienda entre 30 y 40 mil migrantes que se quedaron en México tras la implementación del Título 42.
Este centro, explicó, ofrecerá alternativas, tanto de ingreso legal a los Estados Unidos, para aquellos que cumplan con los requisitos, como de trabajo en México para quienes no sean admitidos en el país vecino.
Alicia Bárcena, secretaria de Relaciones Exteriores de México.
ELIMINAR BARRERAS, OBJETIVO
La instalación de boyas en el Río Grande –el llamado ´muro flotante´– por parte del gobernador Greg Abbott logró lo impensable: unir a las administraciones de Joe Biden y de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) contra un objetivo común: eliminar las barreras a la inmigración por parte de Texas.
Aunque los presidentes de México y Estados Unidos han mantenido diferencias en cuanto a migración, comercio y políticas energéticas, ambos coinciden con que la instalación de las boyas en el río a la altura de la frontera entre Eagle Pass (Texas) y Piedras Negras (Coahuila) viola tratados internacionales al encontrarse en medio de los límites de los dos países.
También señalan que Texas asume un papel que no le corresponde, al querer reaccionar como nación soberana para frenar lo que el gobernador Abbott llama "invasión" de migrantes, cuando se trata de una prerrogativa del Gobierno de los Estados Unidos.
Por primera vez ambos mandatarios encuentran un frente común ante un enemigo experimentado, el gobernador de Texas. En tanto que la Casa Blanca demandó al estado de la Estrella Solitaria por lo que califica de una instalación ilegal de las boyas, en una conferencia de prensa "mañanera", AMLO la señaló como "una actitud completamente inhumana y, además violatoria de nuestra soberanía".
En una nueva presentación judicial, la dependencia federal argumenta que las acciones de Abbott en la frontera para disuadir los cruces ilegales usurpan la autoridad constitucional del Gobierno federal.
"Si ocurre una ´invasión´ y cuando es una cuestión de política exterior y defensa nacional, la Constitución compromete específicamente al Gobierno federal", escribió el Departamento de Justicia en un informe de 13 páginas que incluía casi 150 páginas de material de apoyo.
DAÑA A LAS RELACIONES"Una invasión es ´hostilidad armada de otra entidad política, como otro estado o país extranjero que tiene la intención de derrocar al Gobierno del Estado´", agregó el Departamento de Justicia, citando una decisión de 1996 de la Corte Suprema.
En su presentación más reciente, el Departamento de Justicia sostiene que las boyas de Texas no sólo infringen la Ley de Ríos y Puertos de 1899, que prohíbe "la construcción de cualquier estructura en o sobre aguas navegables" sin la aprobación del Cuerpo de Ingenieros de Ejército de EU, también están socavando las relaciones México-Estados Unidos.
"El daño a las relaciones exteriores de Estados Unidos es inmediato y continuo, como lo muestra la evidencia", dice la presentación. "La conducta de Texas ya es ´el tema de preocupación diplomática entre México y Estados Unidos´, y ha interrumpido concretamente los esfuerzos de cooperación de los países para gestionar el suministro de agua a Estados Unidos.