- TIJUANA, México
En 2014, grupos de menores no acompañados por adultos que huían de la violencia en Centroamérica abrumaron a las autoridades fronterizas del sur de Texas.
En 2016, miles de haitianos que huían de un terremoto devastador quedaron varados en la ciudad mexicana de Tijuana después de atravesar 11 países, a pie y en autobús, para llegar a la frontera con Estados Unidos.
En 2018, unos 6.000 migrantes, en su mayoría guatemaltecos y hondureños que huían de la violencia, llegaron a Tijuana. Muchas familias con niños dormían en parques y calles bajo la lluvia y el frío.
Una veda sobre el asilo de la época del presidente Donald Trump, prorrogada brevemente por el presidente de la Corte Suprema, John Roberts, es una de las medidas estadounidenses que afectan ahora la decisión de los migrantes de abandonar sus hogares. La convergencia de la desigualdad, contiendas civiles y desastres naturales ha llevado a millones a abandonar Latinoamérica, Europa y África. Desde 2017, Estados Unidos es el principal destino mundial de quienes buscan asilo, según la ONU.
esde marzo de 2020 se ha negado a los migrantes el derecho de solicitar asilo bajo la ley estadounidense e internacional en 2,5 millones de ocasiones, con el argumento de que es necesario prevenir la transmisión del COVID-19, una norma conocida como Título 42. Aunque se aplica a todas las nacionalidades, ha afectado de manera desproporcionada a gente de Guatemala, Honduras, El Salvador y más recientemente Venezuela, además de México. Se prevé que la demanda acumulada provocará un aumento de los cruces fronterizos una vez que caduquen las restricciones sobre el asilo.
Cuando comenzó la pandemia, aumentó la presencia de personas cuyas nacionalidades pocas veces habían sido vistas en la frontera: de Cuba, Perú, Venezuela, Ecuador, Colombia y demás. Los costos elevados, las relaciones diplomáticas tensas y otros factores complicaron los esfuerzos de Estados Unidos para expulsar gente de nacionalidades que México se negaba a recibir.
Las cifras de cubanos que huyen de los trastornos económicos y políticos son las más altas de los últimos 60 años. La mayoría vuelan a Nicaragua como turistas y luego se dirigen lentamente hacia Estados Unidos. En octubre eran la nacionalidad más numerosa en la frontera después de los mexicanos.
‘SIENTES QUE TE VAS A MORIR’
Grissell Matos Prieguez y su esposo se entregaron a los agentes fronterizos estadounidenses cerca de Eagle Pass, Texas, el 30 de octubre, luego de una travesía de 16 días a través de seis países en autobús, motocicleta y agotadoras caminatas nocturnas, cruzando matorrales y ríos malolientes.
“En todo el recorrido sientes que te vas a morir”, sostiene Matos, una ingeniera de 34 años. “No confías en nadie, en nada. Nada es seguro. Tienes un constante miedo a morir, o a que te cojan y te pase cualquier cosa”.
Para pagar el viaje desde Santiago de Cuba, vendieron todo, hasta sus computadoras y bicicletas. Pidieron dinero prestado a parientes en Florida. Dejaron en Cuba a padres y abuelos.