EDINBURG, Texas
Mientras que los demócratas, alentados por el crecimiento de la población hispana, buscan una vez más alzarse con el estado republicano más grande del país, los republicanos también tienen ambiciosos objetivos en las elecciones del 8 de noviembre, que no se limitan a conservar su hegemonía a nivel estatal: Quieren ganar en la frontera con México, poblada mayormente por hispanos y donde por años se dio por descontada una victoria demócrata.
A semanas de las elecciones, en Texas se gasta nuevamente mucho dinero en la búsqueda de votos, hay indicios de cambios en las tendencias y pronósticos de que se pueden producir resultados totalmente inesperados.
Esta vez, los pronósticos no vienen de los demócratas, que siempre dicen que el crecimiento de la población hispana les dará finalmente la victoria en este estado, sino de los republicanos.
Los demócratas dicen que el traslado de migrantes en autobuses y aviones a otros puntos del país perjudicará a los republicanos, pero al mismo tiempo admiten que no pueden descuidar el voto hispano.
De todos modos, el hecho de que varias contiendas en puntos de la frontera se perfilen como reñidas genera fisuras en un importante bastión demócrata dos años después de que Donald Trump lograse resultados inesperadamente buenos entre los hispanos en las presidenciales del 2020.
“Esta es la primera vez que hay tantas contiendas competitivas”, declaró el republicano Carlos Cascos, un demócrata que se pasó al Partido Republicano y fue el primer secretario de estado de Abbott.
Cascos no cree que los republicanos vayan a barrer con el voto hispano en el Río Grande Valley, donde hay 1,5 millones de habitantes. Pero afirma que “las cosas están cambiando” y ya no se puede decir que los demócratas tienen garantizado el voto hispano.
Los demócratas siguen teniendo ventaja en el sur de Texas, en parte porque hay muchos candidatos moderados, menos vulnerables a los ataques de los republicanos y que cuestionan algunas cosas del presidente Joe Biden, que no es muy popular en un período de gran inflación.
Los demócratas abrieron en abril una oficina que coordina acciones proselitistas a nivel nacional en McAllen, con tres personas enfocadas en las contiendas regionales. Es la primera vez que toman una iniciativa de este tipo en años.
Richard Gonzales, director de la rama del Partido Demócrata de Hidalgo, un condado que incluye a McAllen, dijo que los dirigentes partidarios realizan llamadas de Zoom todas las semanas con gente de la campaña de O’Rourke para coordinar los esfuerzos tendientes a alentar la participación. Indicó que los avances de Trump y los republicanos fueron reales, pero estuvieron asociados “con candidatos específicos” y difícilmente se repitan.
VICTORIA HISPANAO’Rourke en el pasado dio un susto a Ted Cruz en una contienda por una banca en el Senado y también se postuló a la presidencia.
“La gente dice que los demócratas están acabados aquí y que los republicanos van a tomar el control, pero eso no es cierto”, dijo el demócrata Gonzales, aludiendo al sur de Texas. “Sin embargo, nos hicieron un llamado de atención y comprendimos que ya no se puede dar por descontada la victoria” entre los hispanos de la frontera.
- Sin embargo, la victoria de la representante republicana Maya Flores en una elección especial este año, en la que pasó a ser la primera texana hispana en la Cámara de Representantes, indicó que, efectivamente, las cosas pueden estar cambiando. Flores tratará de retener su banca ante el demócrata Vicente González, que cambió de distrito para tener más posibilidades de arrebatarle el escaño.