El diseño institucional planteado en la iniciativa de reforma eléctrica del Gobierno federal sobrecarga a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y abre la puerta a la discrecionalidad, opacidad y corrupción, advirtieron especialistas en el sector.
Durante el foro 19 del Parlamento Abierto para analizar la propuesta presidencial, Ana Lilia Moreno, investigadora de México Evalúa, advirtió que ésta plantea retirar a la empresa productiva del Estado su mandato principal, que es generar valor económico, rentabilidad y sustentabilidad.
En su lugar, indicó, la iniciativa dota a la Comisión de un triple mandato, que la lleva a hacerse cargo de toda la cadena de suministro de la industria eléctrica, convertirse en el regulador de sí misma y hacerse cargo de toda la política pública e industrial relacionada con la transición energética.
De esta manera, dijo, la CFE se convertiría en un actor preponderante sin contrapesos ni mecanismos de transparencia y rendición de cuentas, lo que abriría la puerta a la opacidad y a la corrupción.