Conocido por su familia, el nombre Luis Enrique Herrera Salinas puede perderse entre el millón de reynosenses, pero al menos todas las personas y conductores que pasan diariamente por la avenida Espuela del Ferrocarril lo conocen de vista, le saludan y, en el mejor de los casos, le dan una muy merecida propina.
Tapa bache desde hace tres meses
Conocido por su familia, el nombre Luis Enrique Herrera Salinas puede perderse entre el millón de reynosenses, pero al menos todas las personas y conductores que pasan diariamente por la avenida Espuela del Ferrocarril lo conocen de vista, le saludan y, en el mejor de los casos, le dan una muy merecida propina.
Cada día desde temprana hora se dedica a arreglar avenida Espuela del FerrocarrilPor Isael Castilloisaelcastillo@elmanana.com Luis Enrique, sin la ayuda de nadie, desde hace tres meses está tapando un amplio bache en la avenida antes mencionada, por la cual a todas horas transitan vehículos que van al Hospital General, a la secundaria número 2 “Mario González Aguirre”, al CBTIS 7 y al CETIS 71.También es acceso para el paso de los trabajadores de Petróleos Mexicanos (Pemex), para quienes van todos los días a la Universidad Tecnológica de Tamaulipas (UTT), así como a los cientos de hogares y negocios que hay a lo largo de esta avenida que conecta el bulevar Colosio hasta el puente acceso “Álvaro Obregón”.Precisamente en el tramo de la curva de la Espuela del Ferrocarril, a espaldas de la colonia Petrolera, acceso a la colonia Paraíso, a las 08:00 horas llega en su bicicleta y con su herramienta, Luis Enrique Herrera, quien con sombrero, para taparse de los inclementes rayos del sol, se pone a trabajar sin pedir un solo peso, sólo la buena voluntad de los automovilistas que todos los días pasan por ahí y le dejan a esta persona algunas propinas.“Yo no pido dinero, tengo aquí trabajando unos tres meses, la gente que pasa me da propina y pues yo la tomo, me ayuda para seguir trabajando”, dijo el ciudadano voluntario.Dijo también que hay personas que dejan escombro, mismo que es aprovechado para ir tapando el inmenso bache, bueno, ya no bache puesto que es más espacio de terracería que pavimento, al menos ese espacio.Desde la canícula Luis Enrique está tratando de dejar pareja la calle, ya sea con caliche ya sea con misma tierra sobrante y que acomoda para dejar un mejor acceso.Luis Enrique sólo trabaja en el bache, de pronto pasa un automovilista, detiene su unidad, baja el vidrio, le habla al ciudadano voluntario, éste se acerca, el conductor le da las gracias y luego le extiende la mano con unas monedas, sube el vidrio y sigue su camino. Luis Enrique regresa a sus herramientas de trabajo contento por esta muestra de agradecimiento de las personas. Esta sección de la Espuela del Ferrocarril era casi intransitable, la unidad motriz pasaba a duras penas, cayendo en uno u otro bache, lento, muy lento, ahora se transita un poco más rápido, el trabajo de Luis Enrique, solo, aún no termina.