Estancadas se encuentran las investigaciones para dar con el paradero de los civiles armados que despojaron en fecha recientes a dos servidores públicos del Estado en el Municipio, ambos a plena luz del día, uno en lo que es la zona conturbada de la ciudad, y el otro en carretera, del tramo que comprende de Río Bravo a Reynosa, a la altura del ejido Palo Blanco.
El primero de ellos, como se recordará, fue cometido en agravio de José Moncada Alanís, delegado de la Secretaría del Bienestar en las afueras de una tienda de conveniencia, en donde, con lujo de violencia, fue bajado de la camioneta, y despojado de la unidad, cuyo esclarecimiento se encuentra estancado por parte de la Policía Investigadora.
El más reciente, ocurrido apenas la semana pasada, en contra del doctor Rogelio Salinas, jefe de la Oficina Fiscal del Estado, también fue despojado de la camioneta que conducía, por dos malandrines que se desplazaban a bordo de un vehículo Mustang color negro sin placas, que, en repetidas ocasiones, ha sido visto por conductores en las orillas de la carretera por esos tramos, montando guardia.
En ambos robos, en los que los asaltantes se desplazan operando con toda impunidad a todas horas del día, ocurren, prácticamente, a diario, en las autopistas de cuota, por la libre, entradas y salidas de la ciudad, que se ha convertido en tierra de nadie, salvo de los delincuentes.
Del 100 por ciento de los asaltos la Policía Investigadora no ha logrado esclarecer ni detener un solo asaltante, y menos la recuperación de las unidades, y cuando esto llega a ocurrir es porque las encuentran, mediante reportes, abandonadas, ya que las probabilidades de una recuperación mediante una verdadera investigación son del 0 por ciento.