Luego de que se superara la pandemia del coronavirus a nivel mundial, en este municipio aún existe equipamiento e infraestructura, que en su momento se destinó para las medidas sanitarias.
Con este equipo se buscaba cortar la cadena de contagios, pero una vez terminada la crisis, ahora son cacharros que, además de estorbar y no funcionar, son incubadoras de mosquitos.
En instalaciones como Clínica del ISSSTE y en la unidad deportiva Franklin Chanes aún existen los lavabos para aseo de manos durante la época del Covid 19 y no han sido retirados.