Cd. Victoria, Tam.
Por discriminatorias, sin sustento y violatorias de los Derechos Humanos de la comunidad LGBTIQ+ el presidente del Colegio de Psicólogos Victorenses AC, Ricardo Hernández Brussolo, hizo un llamado a la población para denunciar a las llamadas ‘Terapias de Conversión’ las cuales pueden ocasionar sufrimiento, e incluso el suicidio, de las personas que son sometidas a estas.
“Tenemos información por parte de la Organización Mundial de la Salud, por la Medical Psychological Association, la American Psychiatry Association, por la federación Nacional de Colegios Asociaciones y Psicólogos de México – entre otras – que se han pronunciado al respecto; tiene implicaciones, las terapias de conversión que no son terapias, son como esfuerzos para cambiar la orientación sexual e identidad de género, causan severos daños a la salud mental y física de las personas, además de que se realizan con prácticas que no son éticas y que profesionales de la psicología no realizamos”.
Señaló que, aunque en esta localidad no se cuenta con este tipo de prácticas en urbes como Jalisco, Monterrey y la Ciudad de México ya se han presentado algunos de estos ECOSIG – Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual e Identidad de Género –, los cuales son realizados por personas sin preparación académica adecuada, y en donde ya se han registrado suicidios por parte de las personas que son llevadas o convencidas de ir a estas terapias.
“Pueden ocasionar malestar significativo como depresión, ansiedad, estrés, baja autoestima y en algunos casos suicidios, no es porque la persona tenga una orientación no heterosexual o una identidad de género cisgénero sino que la presión social, el hecho de que se les puede estar diciendo que están mal, el hecho de que haya estigmas, puede ocasionar que la persona se deprima tanto que llegue incluso a atentar contra su vida”.
Hernández Brussolo recordó que el 17 de mayo de 1990 fue eliminada la homosexualidad del catálogo de enfermedades mentales de la Organización Mundial de la Salud, sin embargo, en muchos países – México incluido – todavía suele ser tratada como enfermedad, “no había evidencia de que fuera tal, hay personas que todavía llegan a discriminar con base en algunas creencias que son sesgadas y que limitan incluso el conocimiento de la otra persona, es decir, que por tratar a la otra persona ya le están haciendo un juicio de valor lo cual es injusto, es violento y es dañino”.