Debido a su gran tamaño y raíces muy endebles, los árboles de Ficus se han convertido en un verdadero problema en el municipio de Altamira, pues dañan los cimientos de viviendas, banquetas, bardas y al caer ocasionan destrozos.
Rubén Hervert Zárate, director de Ecología del municipio de Altamira, dijo que desde hace 30 años se empezó a sembrar esta especie no nativa en varias zonas del municipio, y a la postre ya genera problemas.
Indicó que con vientos no muy intensos los árboles de Ficus empiezan a desplomarse, teniendo autoridades llamados constantes sobre estas situaciones.