La depresión juvenil
Más de seis mil 300 nuevos casos de este síndrome se registraron entre mexicanos de 20 y 25 años en 2016, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud. De no identificarse y atenderse a tiempo, esta enfermedad puede llevar al suicidio, segunda causa de muerte juvenil en el mundo. DEFINICIÓN Es un trastorno mental frecuente que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración. INCIDENCIA Afecta a más de 300 millones de personas en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es la principal causa de discapacidad a nivel global. En el peor de los casos, puede conducir a quien lo padece a quitarse la vida. SÍNTOMAS Hay pérdida de la capacidad de disfrutar y reducción de energía durante un mínimo de dos semanas. También se pueden padecer síntomas de ansiedad, alteraciones del sueño y del apetito, dificultades de concentración e incluso síntomas sin explicación médica. TIPOLOGÍA Dependiendo del número y de la intensidad de los síntomas, los episodios depresivos se clasifican como leves, moderados o graves. Ante uno leve, se tendrá alguna dificultad para seguir con la rutina habitual, aunque probablemente no se suspenda. Durante uno grave, si se mantiene será con grandes limitaciones. FACTORES CONTRIBUYENTES Este mal es resultado de interacciones complejas entre factores sociales, psicológicos y biológicos. Quienes han pasado por circunstancias vitales adversas, como problemas afectivos, rechazo o luto, tienen más probabilidades de sufrirla. GRUPOS EN RIESGO Aunque afecta a personas de todas las edades y condiciones sociales, la OMS indica que son más vulnerables los jóvenes de 15 a 24 años, las mujeres en edad de procrear, especialmente tras el nacimiento de un hijo y las personas de edad avanzada. TRATAMIENTO Siempre hay que acercase con un especialista, quien valorará el caso. Si la depresión es leve, se trata sin necesidad de medicamentos. Pero cuando tiene carácter moderado o grave se suelen necesitar fármacos y psicoterapia profesional. PREVENCIÓN Hablar con una persona de confianza puede ser el primer paso para evitar que la enfermedad se presente o evolucione. También puedes acudir por orientación al departamento psicopedagógico de tu escuela. CÓMO AYUDAR Si convives con alguien que padece depresión, ayúdalo con las tareas cotidianas y a seguir pautas regulares de alimentación y sueño. Además de ofrecerte a escucharlo, anímalo a hacer deporte y a participar en actividades sociales.