En diciembre de 1914, Francisco Villa y Emiliano Zapata, las dos figuras que lideraron el movimiento revolucionario desde el norte y el sur del país, entraron a Ciudad de México escoltados por sus tropas. Tras pasar años luchando desde sus trincheras, el bandolero y el campesino se mostraron unidos, por primera vez, ante los mexicanos en un recorrido que terminó en el Palacio Nacional; un momento histórico que fue inmortalizado por el fotógrafo Agustín Víctor Casasola. 110 años después, la imagen se ha vuelto representativa de la memorable alianza de la Revolución Mexicana.
El Pacto de XochimilcoEn los inicios del conflicto armado, Villa y Zapata actuaron de forma independiente. Aunque tenían estrategias militares distintas, los caudillos coincidieron por la misión común de concretar una reforma agraria que beneficiara a los campesinos. La comunicación entre ellos comenzó por medio de sus representantes y a través de cartas, en las que se expresaban respeto por sus respectivas luchas a favor de la justicia social.
La primera reunión cara a cara de los líderes ocurrió en Xochimilco el 4 de diciembre de 1914. "Celebro que me haya encontrado con un hombre que de veras sabe luchar" le dijo Zapata a Villa el día que firmaron el Pacto de Xochimilco, con el que acordaron deslindarse de la facción encabezada por Venustiano Carranza y establecer una alianza militar entre el Ejército Libertador del Sur y la División del Norte. Dos días después, y en un acto de rebelión popular, más de 50.000 guerrilleros desfilaron por las calles de la capital, entre ellas Tlacopan, actualmente Tacuba, Rosales, Reforma, Juárez y la calle San Francisco, hoy conocida como Madero.