Su primer Día del Padre
Él está feliz siendo papá primerizo. Tiene que aprender a despertarse más de cuatro veces en la noche, ceder el espacio en el refri que pertenecía a sus cervezas para los biberones y... darse cuenta que el Día del Padre ha cambiado, ahora es más que regalarle a su papá una corbata. Se trata de una celebración que ahora lo incluye a él.
Esto significa que la pequeña cosita de cinco kilos que duerme tranquilamente en la cuna lo ha hecho acreedor a un desayuno en la cama, el dominio completo del control remoto por un día, sin mencionar años de emoción al celebrar un día más en el año y recibir horrendos regalos.
Celebrar el primer Día del Padre, antes de que junior pueda decir papá, es una forma de agradecer su contribución presente y futura a la unidad familiar.
Simpleza No haga planes complicados. Probablemente ambos estén muy ocupados ajustándose a su nueva vida y horarios de alimentación, siesta y pañales. Mantener lo más simple posible la celebración es una forma de eliminar el estrés para cualquiera. Elabore la primera tarjeta de su hijo Compre pintura para manos y un papel bonito. Decore el papel con huellitas de manos y pies del pequeño. Papá estará encantado. Considere sus intereses ¿Cuál es su hobby? Tal vez le encanta ver animales en el Discovery Channel, entonces, por qué no llevarlo de paseo al zoológico con toda la familia. O si le gustan las emociones fuertes, rételo a subirse a la montaña rusa el mayor número de veces. No necesita romper el cochinito Para hacer de ése día un súper éxito, no se necesita gastar un dineral. Es común para los nuevos padres sentirse ansiosos por los gastos innecesarios, por lo que algo barato y hasta ridículo, puede sacarle una carcajada a papá, cosa que agradecerá. Desayuno en cama Eso no significa que se tenga que levantar de madrugada y preparar un festín de chilaquiles de todos colores con cecina y frijoles refritos. En lugar de eso, opte por algo más europeo como unos croissants con jamón y queso, y su pan dulce favorito. Cinco minutos en el hornito, y ¡voilá!