Gonzalo Morales, el fotógrafo del rock mexicano

El acervo del retratista es uno de los más extensos, pero también de los menos vistos. Caifanes, Maldita Vecindad, Molotov, Zoé, Café Tacvba: una selección de su obra se muestra en la Galería Leica de la capital


Ciudad de México

Si aquella máxima que dice que la fortuna de todo buen fotógrafo radica en estar en el momento y lugar indicados es cierta, la de Gonzalo Morales es una de esas que ocurre una en un millón de veces. Desde antes de cumplir la mayoría de edad, a Morales le tocó vivir momentos de inflexión para la América Latina de finales de los años ochenta hasta principios de los 2000, cuando la cultura urbana y el rock terminaron de trazar su identidad, pasando de ser un vehículo político y expresivo vital hasta el día en que se convirtieron en un atractivo para las grandes marcas.

Estudiante de la prestigiosa Escuela de Diseño Parsons de Nueva York, sus primeros días como artista del lente vinieron acompañados de una sensibilidad especial para con la calle, la vida nocturna y la experimentación con técnicas y recursos poco usados en su momento, como las tomas aéreas y el infrarrojo. La mirada de Morales ha recogido también el cine, la moda, los desnudos artísticos y los espacios. Junto con Ruth Infarinato y Alfredo Lewin, Morales fue conductor pionero de los primeros días del MTV de Latinoamérica, ventana que le facilitaría ganarse un lugar privilegiado para captar improntas de antología desde el escenario, los vestidores, como acompañante de gira, en una fiesta privada o desde los lugares más íntimos de los artistas.

De pequeño él quería ser baterista y ya disparaba su cámara, pero a los 17 años un asalto lo despojó de todo su equipo fotográfico en el espacio escultórico de Ciudad Universitaria, hecho que lo empujó a inclinarse de forma definitiva por capturar la luz, aunque sin dejar de estar en la música. Ya fuera como amigo, conocido de confianza o contratado por las disqueras, el acervo fotográfico de Gonzalo Morales, especializado en rock latinoamericano, es probablemente uno de los más extensos, pero también uno de los menos vistos a la fecha. Sus disparos han registrado los primeros días de personajes hoy míticos para la región: Caifanes, Maldita Vecindad, Fobia, Molotov, Zoé, Café Tacvba, Babasónicos, Aterciopelados, Todos Tus Muertos, Control Machete... La lista es extensa y algunas de las improntas menos oficiales o vistas -venidas en su mayoría de materiales y procesos completamente analógicos- se han venido mostrando de a poco en su cuenta de archivo en Instagram de abril de 2020 a la fecha.


Ely Guerra, en Ciudad de México, en 2002.