A decir del especialista en geografía física y peligros naturales, algunas investigaciones sugieren que los cambios en el clima no sólo influyen sobre la superficie del planeta, sino debajo de él, sobre todo por el aumento en las tasas de precipitación y el descongelamiento de glaciares, detalló en una publicación en "The Conversation".
Una atmósfera más cálida puede retener más vapor de agua y, subsecuentemente, causar mayores niveles de precipitación, explicó.
Geólogos han identificado una relación entre las tasas de precipitación y la actividad sísmica. En los Himalayas, por ejemplo, el ciclo anual de precipitaciones de la temporada de monzones en verano influye en la frecuencia de terremotos.
Durante tal período, el peso de la lluvia comprime la corteza terrestre vertical y horizontalmente, estabilizándola. Cuando el agua desaparece en invierno, la región "rebota" y aumenta el número de terremotos.
Por lo anterior, casi el 16 por ciento de terremotos ocurren en la temporada de monzones y cerca del 46 por ciento suceden en los meses secos previos, señala un estudio publicado el año pasado en "Geodesy and Geodynamics".
Según Blackett, este fenómeno podría intensificarse por el cambio climático. Un ejemplo sería el sureste de Asia, pues modelos climáticos publicado en 2021 en "Science Advances" proyectan que la intensidad de las precipitaciones monzónicas incrementarán en la región como resultado del cambio climático.
"Esto podría, factiblemente, mejorar el rebote invernal y causar más eventos sísmicos", consideró el académico.
Otro motivo de preocupación es el descongelamiento de los glaciares. Blackett recordó que hace casi 10 mil años, al final de la última era de hielo, el descongelamiento de estas masas de hielo provocó que algunas partes de la corteza terrestre rebotaran en un proceso llamado rebote postglacial.
Como evidencia quedaron algunas playas de Escocia, que se encuentran 45 metros por encima del nivel del mar actual.
Una investigación de 2016 publicada en "Geophysical Research Letters" sobre la región de Escandinavia sugiere que esos rebotes sumados a la desestabilización de las placas tectónicas desencadenaron numerosos terremotos en entre hace 11 mil y 7 mil años. Algunos incluso superaron magnitudes 8.
"La preocupación es que el derretimiento continuo del hielo glaciar (de la actualidad) podría resultar en efectos similares en cualquier lugar", alertó Blackett.
¿Y las erupciones volcánicas?Con base en un estudio de 2017 publicado en "Geology", Blackett explicó que el clima de la Tierra se enfrió brevemente hace entre 5 mil 500 y 4 mil 500 años. Los glaciares se expandieron en el actual territorio de Islandia y análisis de depósitos de ceniza volcánica sugieren que la actividad volcánica se redujo durante tal período. Una vez finalizado, incrementó la actividad volcánica.
¿Cuál es la explicación de este fenómeno? Según el docente, el peso de los glaciares comprimió la corteza terrestre y el manto debajo de ella. Al estar bajo tanta presión, no podía derretirse para formar el magma requerido para las erupciones volcánicas.
El descongelamiento, que conlleva pérdida de peso en la superficie de la Tierra, permitió que ocurriera un proceso llamado derretimiento por descompresión. Consiste en que la baja presión facilita el derretimiento del manto, resultando en la formación de magma líquido que impulsó la subsecuente actividad volcánica en Islandia.
"Por lo tanto, es factible que el retroceso en curso de los glaciares debido al calentamiento global pueda incrementar la actividad volcánica en el futuro", indicó Blackett.