Un amoroso abrazo celestial

No se quién es, pero le agradezco al autor de la canción “The Christmas shoes” (Los zapatos de navidad) por la tierna historia que nos narra. Palabras más, palabras menos, dice así: “Era casi Navidad y ahí estaba yo, haciendo una fila más para comprar aquel regalo de última hora, sin sentir en realidad el espíritu navideño. Parado delante de mi, estaba un niño que parecía ansioso. En sus manos sostenía un par de zapatos de mujer. Su ropa se veía vieja y desgastada y estaba sucio de la cabeza a los pies. Pero cuando llegó su turno de pagar, me estremeció lo que le escuché decir: ‘Señor, quiero comprar estos zapatos para mi mamá. Es Navidad y son justo su medida. ¿Podría apurarse señor, por favor? Papá dice que no tenemos mucho tiempo. Ella está muy enferma y se que estos zapatos la harán feliz. Yo quiero que luzca hermosa, pues papá me dijo que es muy probable que esta noche ella tenga que ir a encontrarse con Jesús’. Al momento de pagar, el niño sacó un montón de centavos de su bolsillo. Después de contarlos, el cajero le dijo: ‘con esto no te alcanza hijo, te falta dinero’. El niño hurgó en sus bolsillos desesperadamente. Al ver que no tenía más, se le llenaron los ojos de lágrimas y dijo con voz entrecortada: ‘¿qué voy a hacer? Tengo que llevarle estos zapatos’. Siguiendo un impulso, dejé a un lado el regalo que yo llevaba y le di mi dinero al cajero, pidiéndole que se cobrara los zapatos. Nunca olvidaré la expresión en el rostro del niño cuando volteó a verme y me dijo: ‘¡gracias señor, mi mamá se verá hermosa!’. Y salió corriendo con sus zapatos bajo el brazo. Se que lo que sentí en ese momento fue un destello de amor celestial y supe que Dios me había mandado a ese pequeño para que pudiera entender de qué se trata realmente la navidad”.---- ¿Y DE QUÉ SE TRATA REALMENTE LA NAVIDAD? Sí, de la generosidad, como lo aprendió este hombre. De no pasar por desapercibidas las necesidades de otros y desprendernos de las cosas para tratar de hacer felices a los que nos rodean. Pero más allá de eso, pienso que la Navidad se trata de tener una fe como la de este niño. De saber que los lazos que nos unen en esta vida, gracias al regalo que nos dio Jesús con su venida, no terminan con la muerte. De saber que el amor que rodea las relaciones familiares es más fuerte que la más poderosa de las cadenas y que en su plan divino, Dios dispuso regalarnos a su hijo más amado para que ese amor pudiera perpetuarse por toda la eternidad. Pienso que la Navidad se trata de recordar que somos seres espirituales viviendo una experiencia terrenal, de manera que morir es tan sólo ir al encuentro de Jesús y nuestro Padre, a quienes un día dejamos para venir a aprender y a crecer y a quienes prometimos que algún día regresaríamos a casa habiendo hecho todo lo posible por hacerlos sentir orgullosos de lo que fuimos y de lo que hicimos mientras estuvimos aquí en la tierra. Visualizo a este niño de la canción colocando cuidadosa y delicadamente los zapatos en los frágiles pies de su madre, triste por verla postrada, pero feliz porque pudo ayudarla a lucir hermosa para su cita especial, sabiendo que al acudir a ella ya no habría más dolor, ya no habría más enfermedad y ella podría caminar firme y apresuradamente al encuentro con su hermano mayor: Jesucristo. Y desde acá, abrazado a su padre, él la despediría con la plena confianza de que algún día la volvería a ver, pues esa fe y esa confianza es de lo que se trata realmente la Navidad. A todos los que en este año les tocó preparar a alguien para su encuentro con Jesús y pasarán esta primera Navidad sin su presencia física, los invito a recordar el verdadero sentido de esta fecha. Los invito a sentir sin ninguna duda que ese ser querido pasará esa noche en la mejor compañía, sentado al lado del festejado principal y desde allá, les enviará su amor y bendiciones, junto con un mensaje que les dice: “sigue adelante, yo estoy bien, estoy feliz y espero el día que nos volvamos a ver”. Y sientan en su corazón el calor y el amor que recibirán, pues seguro estoy que en esa noche, él o ella les enviarán desde allá arriba un amoroso abrazo celestial.