Una foto hallada por un historiador aficionado y reconocida luego por un arquitecto —ambos franceses— confirma el lugar donde Vincent van Gogh pintó su último cuadro.
Tomada en la localidad de Auvers-sur-Oise, al norte de París, alrededor de 1907, muestra las poderosas raíces de acacia que llamaron la atención del artista holandés al final de su vida. Plasmadas en su último lienzo, titulado Raíces de árboles, están en el camino que lleva a la posada Auberge Ravoux, donde falleció a los 37 años, el 29 de julio de 1890, tras pegarse un tiro. Tanto el museo Van Gogh, en Ámsterdam, como el Instituto Van Gogh, en la propia Auvers, afirman “con absoluta certeza” que se trata del enclave donde pintó el cuadro.
La nueva imagen se añade a la postal encontrada en 2020 y ambas convierten la zona en una estación de paso para los aficionados. Sin embargo, las raíces están tapadas por una tapia debido a un conflicto que enfrenta al Ayuntamiento y los dueños del terreno.
Este miércoles, Vincent Willem van Gogh, sobrino biznieto del pintor, y Emilie Gordenker, directora del museo del artista en Ámsterdam, han recibido una reproducción de la fotografía de parte del Instituto Van Gogh. Para su director científico, Wouter van der Veen, se trata de un descubrimiento histórico “porque el ángulo de la imagen es muy parecido al escogido por el artista para su obra, y varias de las raíces de esta foto fueron cortadas luego y no aparecen ya en la postal presentada el año pasado”, explica, al teléfono.
Él encontró en 2020 la postal entre la colección de un vecino de Auvers, y esta segunda foto tiene su propio relato.
Thomas Reveau, un arquitecto francés, sigue el blog de un historiador aficionado, Fabrice Dassé, y vio una instantánea que le llamó la atención.
Dassé recoge datos del municipio de Pontoise, cercano a Auvers, y el pasado enero publicó un texto sobre un reportaje fotográfico del río Oise, afluente del Sena.
Se trataba de una serie de negativos en vidrio, que había comprado en Bélgica, y mostraban el viaje en barco realizado por la familia de Edouard van Halteren (1874-1946), presidente del Real Club Náutico de Bruselas.
La excursión tuvo lugar en el verano de 1906 o 1907 y Van Halteren aparece sentado en las raíces, al pie de la Rue Daubigny, el camino que llevaba a la posada de Van Gogh. “La foto estaba puesta al revés en el blog, pero Thomas Reveau se dio cuenta de que era el mismo paraje de la postal, y es conmovedor que unos aficionados hayan acertado así”, añade Van der Veen.
Unos 300.000 turistas anuales se acercan a Auvers tras los pasos de Van Gogh —enterrado en su cementerio junto con su hermano, Theo— para visitar el campo de trigo donde el pintor se disparó o la habitación que ocupó en el albergue. La pandemia ha entorpecido los viajes, pero el rincón de las raíces tiene aún otro problema.
Según Jean-François Serlinger, dueño del terreno donde crecen, “hay una lucha de poder en el seno del Ayuntamiento que impide las visitas”, asegura, en conversación telefónica. Su esposa es artista y admiradora del pintor y residen en Auvers desde 1996.
Las raíces están en la parte de atrás de su jardín, “pero hay una tapia que no deja contemplarlas desde que se publicó el hallazgo de la postal, el año pasado”.
El Consistorio esgrimió entonces sus derechos sobre el lugar, pero los topógrafos dieron la razón a Serlinger sobre la propiedad.
Él ha interpuesto un recurso por abuso de poder por parte de la alcaldesa, Isabelle Mézieres, y ha abierto unos agujeros en la tapia para que se pueda echar al menos un vistazo. Relata su lucha en una página personal de web, porque le parece una falta de respeto lo que está pasando, ya que “este es un lugar poético y de herencia cultural, y está tapado”, asevera.
A la espera de acontecimientos, Van der Veen considera que la situación es “una vergüenza, con la tapia pudriéndose; los responsables municipales deben hacer algo” para que se pueda admirar la última inspiración de Van Gogh.