Mitología, literatura, pintura, arte, estudios científicos... Todo se entremezcla en la historia de los elefantes del general cartaginés Aníbal Barca (247-183 a. C.) y su mítico paso por los Alpes con 37 paquidermos africanos para atacar Roma.
HALLAZGOEl reciente hallazgo en Córdoba capital de un hueso de la mano derecha, posiblemente, de uno de estos ejemplares o de uno de los paquidermos que acompañaron también a Julio César en Hispania recupera una historia científica que no siempre coincide con la historiográfica. No obstante, todos los proboscídeos que el estratega cartaginés empleó murieron de agotamiento, hambre o en las diversas batallas que protagonizó para hacerse con el control del Mediterráneo occidental.
De los de César en la península Ibérica se tienen menos datos, porque, como afirma el catedrático de Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid Fernando Quesada, "son campañas militares confusas", que se están intentando desentrañar aún en el yacimiento cordobés de Montemayor. Pero elefantes también usaron los romanos, aunque fuera esporádicamente y muchas veces de forma errónea y mortal para ellos mismos. El temor de los legionarios a que las bestias pudieran volverse en su contra era tanto que Julio César, antes de la batalla de Tapsos (46 a.C., Túnez), trajo ejemplares que iban a ser sacrificados en un circo para quitar a sus hombres el pánico que sentían y saber cómo combatirlos.
- La primera batalla donde se emplearon elefantes como arma de combate fue la de Gaugamela (en el actual Irak), en el 330 a. C., entre el macedonio Alejandro Magno y el persa Darío III, que se presentó en el frente con muy escasos ejemplares. Fue derrotado. Pocos años después, ya en la India, Alejandro se enfrentó al rey Poros, que empleó 200 paquidermos. Pero de poco le sirvió ante el magistral líder griego.
A la cuenca occidental del Mediterráneo, los elefantes llegaron de la mano de Pirro, rey de Epiro (Grecia), entre los años 280 y 275 a. C., que los usó en su lucha contra los romanos en Sicilia. El impacto que causaban los paquidermos en el campo de batalla debía de ser asombroso.
"El elefante visto por primera vez debía ser examinado con miedo y estupor. El bramido, el empleo de la trompa y el evidente tamaño causaban terror en los enemigos", explica el historiador Christian San José en un informe titulado Los elefantes de Aníbal, publicado por la Revista de la Facultad de Geografía e Historia, de la UNED.
Los cartagineses copiaron el uso militar de los elefantes de los egipcios, que se manejaban con ejemplares asiáticos, más pequeños. Cartago, en cambio, prefería los norteafricanos, que eran cazados en los bosques con tanta intensidad que los extinguieron en menos de dos siglos. Durante la Primera Guerra Púnica (264-241 a. C.), el general Jantipo disponía de unos 100 perfectamente adiestrados solo para Sicilia.
Los romanos, por su parte, emplearon paquidermos por primera vez en la Segunda Guerra Macedónica (200-197 a. C.).
Se trataba de animales que habían sido suministrados por el reino númida al cónsul Publio Sulpicio Galba Máximo. En Hispania se utilizaron 10 proboscídeos en el 153 a. C. en el cerco de Numancia. El cónsul Quinto Fulvio Nobilior los lanzó contra los arévacos, pero los animales se asustaron tanto que todo acabó en un desastre para los romanos.
El historiador Apiano lo cuenta así: el cónsul Quinto Fulvio Nobilior persiguió a los arévacos hasta las murallas, "donde se peleó con valor, hasta que uno de los elefantes, herido en la cabeza con una gran piedra, se enfureció de tal modo que, vuelto a los suyos con terribles bramidos, comenzó a atropellar a cuantos encontraba, sin distinción de amigos o enemigos.
A los bramidos de este, enfurecidos los demás elefantes, comenzaron a hacer lo mismo, y atropellaron, mataron y desbarataron a los romanos".Fernando Quesada explica en su estudio De guerreros a soldados. El ejército de Aníbal como un ejército cartaginés atípico que "desde épocas antiguas los cartagineses habían empleado armas exóticas de rancia tradición oriental, como el carro de guerra.