12 de octubre, Día de la Hispanidad
Pocos personajes han existido en la historia que se les recuerde con tanto respeto y cariño como lo es Cristóbal Colón. Tal vez originario de Génova, Italia, pues sus apellidos no son ni españoles, ni portugueses, menos franceses, sino simplemente italianos, pues su nombre “Cristóbal” significa “el que lleva a Cristo” y su apellido Colombo quiere decir “paloma”, por lo que hacen se asegure que su origen sea italiano. Nació cerca de 1451 en Savona, Génova y murió el 20 de mayo de 1506 en Valladolid, España. Sus padres fueron Domenico Colombo, de oficio tejedor y su madre, doña Susanna Fontanorrosa, los dos italianos. En el documento denominado “Fundación de Mayorazgo” declara ser de origen italiano.Desde la edad de 15 años se embarca en el puerto de Génova como grumete en las naves que recorren el mar Mediterráneo y pronto aprende el oficio de marinero. Colón pasó un tiempo en las islas del Atlántico donde posiblemente haya conocido al marinero Alonso Sánchez de Huelva, quien contaba que habiendo tenido una tormenta los vientos llevaron a su nave a un mar donde había mucha hierba flotando —el mar de los Sargazos—.En 1476 navegando en una flota comercial son atacados por piratas y el barco donde viajaba Colón fue destruido. Nadando llega a la costa de Portugal en donde localiza a su hermano Bartolomé. Busca trabajo y lo emplean como agente en la Casa Centurione de Madeira. Realiza varios viajes a Génova, Inglaterra y Madeira. En 1477 llegó a Islandia, donde escuchó leyendas sobre la existencia de tierras hacia el oeste. Los vikingos ya habían estado en Terranova.Ya con la idea de buscar un camino más corto para ir a las Indias, así le llamaban al oriente y con la información recibida tanto de Alonso Sánchez de Huela como de los marinos islandeses, prepara un proyecto a efectuarse con el apoyo de alguno de los reyes de España o de Portugal.Mucho le ayudó a elaborar este proyecto las investigaciones que realizó basándose en los cálculos que sobre la circunferencia de la Tierra había realizado Eratóstenes y las teorías del florentino Toscanelli. De aquí confirma la idea de la esferoidal del planeta que le confirma la posibilidad del viaje a occidente. El interés de descubrir otra vía era la de obtener productos orientales sumamente caros en Europa como la seda, las especias y el oro, que ya se conocían por los viajes hechos por Marco Polo.Acompañado de su hijo Diego viaja a España y llegan al monasterio de La Rábida, donde es recibido por fray Antonio de Marchena y después por fray Juan Pérez, a quienes les interesó sobremanera el proyecto.Terminada la conquista de Granada, al fin la Reina Isabel aprueba el proyecto de Colón interviniendo el tesorero real quien se hace cargo de la organización económica del plan y se firma con Colón las Capitulaciones de Santa Fe el 17 de abril de 1492, las que otorgaban a Colón una serie de privilegios. Con la colaboración de fray Juan Pérez, fray Antonio de Marchena y Martín Alonso Pinzón, quien aportó medio millón de maravedíes, se seleccionaron dos naves muy veleras: la Pinta y la Niña y la Santa María, propiedad de Juan de la Cosa.Salieron de Palos de la Frontera, en Huelva, el 3 de agosto de 1492, con una tripulación de 90 hombres. Llegaron a las Islas Canarias donde hicieron algunas reparaciones a las naves y salieron de ahí el 6 de septiembre de 1492.Durante el largo trayecto hubo varios conatos de motines, los que fueron sofocados con promesas, siendo la última, la de que regresarían al no encontrar tierra en tres días. lado estadounidense, un campo de golf corona el paso fronterizo. Del lado mexicano, un apacible malecón se extiende a lo largo del río Bravo.La tentación de cruzar —solamente un río más— es grande, pero los peligros también. Al menos 296 inmigrantes han muerto este año mientras intentaban alcanzar territorio estadounidense, de acuerdo con Naciones Unidas. Y ser aprehendido por la patrulla fronteriza echaría por la borda todo el proceso y los 12 mil dólares que invirtió para traer a su esposa embarazada de ocho meses y a sus dos hijos hasta aquí.
CADA VEZ SE ACEPTA A MENOSEs un cuello de botella que se asoma en México y que se origina del otro lado de la frontera. El gobierno de Donald Trump redujo en 2017 las vacantes para todos los refugiados y aceptó sólo a 45 mil de todo el mundo, la cifra más baja desde 1980. Su administración ha fijado para este año el número de acogida en 30 mil, el mínimo histórico. Los efectos son dramáticos y palpables. El número de refugiados congoleños admitidos en Estados Unidos cayó un 78% en menos de un año, al pasar de 5.179 en el último trimestre de 2016 a 1.154 para el mismo período de 2017, de acuerdo con los últimos datos disponibles.Las altas tasas de rechazo suponen un reto para las autoridades en ambos lados de la frontera. “Deportar a un africano no es fácil, sobre todo por el aspecto económico”, indica el padre José Valdés, el coordinador de la red de albergues. “Esto no tiene solución, son las leyes de Estados Unidos, no podemos imponerles nada”. México está optando por ampliar los permisos de tránsito de 15 días que ya dio a los solicitantes de asilo. Entre enero y agosto de este año han sido expulsados 240 congoleños, un 25% más que en el mismo período de 2017, según datos oficiales. Se sabe que están llegando más, que se está devolviendo a más, pero no hay cifras de cuántos están en tránsito en los boletines migratorios del gobierno.“No sabemos cuándo”, dice Jojo resignado. En la última parada de un recorrido por más de diez países sólo queda esperar. “Si Dios quiere, cruzamos hoy. Lo único que sabemos es que no vamos a regresar”, agrega antes de volver con su familia y otros 120 inmigrantes que aguardan su turno para llegar a Estados Unidos. Del otro lado del mundo, tras cuatro meses de viaje, en una odisea hacia ningún lugar. (EP)