supersticiones de una boda

Costumbres, ideologías, tradiciones, son muchas cosas las que se envuelven en un enlace.

La mayoría sabemos que una boda encierra muchos enigmas y supersticiones, rituales y tradiciones y aquí te contamos algunas para que tomes dato. La mejor manera de enfrentar las supersticiones en conocerlas, a lo mejor serás fiel a alguna de ellas por convicción personal, por tradición familiar o simplemente por su masiva aceptación. Aunque la única alternativa frente a tu inminente matrimonio es la confianza y el amor que ambos sienten  El novio nunca debe ver a su prometida con el vestido de novia. Esta creencia tuvo sus orígenes en la época en que los matrimonios se realizaban por conveniencia y la familia de la novia evitaba que su futuro esposo la viera antes del enlace, buscando asegurarse de que no se arrepintiera. La corbata del novio. Esta debe estar perfectamente derecha durante la ceremonia. De no ser así, y si tiende a torcerse, hay quienes creen que evidencia la infidelidad a su futura esposa. Atar cintas y latas a la parte trasera del carro en el que se irán los novios, pretende asustar a los malos espíritus y ahuyentar los sentimientos de envidia que puede generar la nueva pareja. Que el novio cargue a la novia a la entrada de su nueva casa. Comenzó en Europa Medieval, época en la que muchos consideraban que la novia podría ser atacada por espíritus malignos a través de las plantas de sus pies. Lanzar arroz. Se trata de una tradición tomada de oriente en la que los invitados lanzan arroz al final de la ceremonia, para atraer la buena fortuna, la prosperidad y la procreación; sin embargo, en la actualidad el arroz se ha sustituido por pétalos de flores o burbujas. Casarse un día 13. El número está asociado a la mala suerte y la mayoría de novios optan por evitarlo. Los mejores días para casarse. El lunes, por ser el día de la Luna, asegura la fertilidad, el viernes por ser el día de la diosa Venus, atraerá el amor duradero y el domingo, día del Sol, atraerá la felicidad a la pareja. Obsequios peligrosos. Los invitados no deben obsequiar a la pareja ni cuchillos ni tijeras, pues con ello pueden “cortar” el amor que florecía en el matrimonio. Si crees en ello y alguien te da un obsequio de este tipo, entrégale un par monedas, así será una compra y no un regalo y la “maldición” terminará. Llorar durante la ceremonia. Se supone que la novia tendrá buena suerte el resto de su matrimonio, y la explicación es que ella ya habría derramado muchas lágrimas durante la boda, así que ya no tendrá necesidad de llorar más.