Cuando se habla de horror es imposible no mencionar a Guillermo del Toro, representante mexicano de lo macabro. Su nombre y obra cobran fuerza cuando se acerca noviembre, debido a su proximidad con los monstruos.
Si bien el trabajo de Del Toro no encaja en el estereotipo del “slasher” o el suspenso que busca sacar sustos a los espectadores, la mística de su creación tiene influencias en clásicos del terror como el Monstruo de la Laguna Negra, Frankenstein, entre otros.
No debe olvidarse además que el ganador del Óscar dio sus primeros pasos en la industria cinematográfica con una compañía de maquillaje para efectos especiales, lo cual le ayudó a llevar su particular visión del mundo a la realidad y a la pantalla chica y grande.
NO CELEBRA HALLOWEEN
Pese a todo ello, Del Toro no suele celebrar estas fechas con una fiesta en particular, sino que mezcla la tradición anglosajona del Halloween con el Día de Muertos, en especial con el Día de Todos los Santos; así lo dijo en una entrevista con Los Ángeles Times, en 2010.
“Tristemente, el Día de Todos los Santos ha ido perdiendo fuerza y se ha mezclado con el Halloween en México. Extraño poder mostrarle a mis hijas lo que es ir a rendir tributo a una tumba y llevar ofrendas, pasando un día completo en el panteón”, dijo al diario.
Esto es consecuencia del entorno católico en el que creció el productor, en el cual es más usual celebrar el 1 y 2 de noviembre cerca de las iglesias y panteones, con dulces, ofrendas, calaveritas y flores de cempasúchil.
ENALTECE TRADICIONES
Sin embargo, las cintas del tapatío han englobado una serie de aspectos que se suelen asociar con la celebración fuera de la tradición de su natal País. Los demonios, con Hellboy; los vampiros con Blade II y los fantasmas con El Espinazo del Diablo y La Cumbre Escarlata. Con todos ellos se ha vuelto un referente obligado para quienes buscan un maratón tenebroso.
El año pasado, Del Toro celebró Halloween con su producción Historias de Miedo para Contar en la Oscuridad, filme que se acerca a los estándares del terror más hollywoodenses, con criaturas sobrenaturales, suspenso y saltos de miedo en cada vuelta de escena.
Con todo esto, el cineasta se ha vuelto un referente necesario para quienes buscan conocer un lado diferente de las producciones de suspenso, con una estética particular y una visión mexicana que crea mundos lo igual fantásticos que escalofriantes.