El tradicional pan de muerto que suele ser compañero inseparable de la conmemoración, así como la caña y naranja que se integran a las ofrendas en los altares, son ahora los grandes ausentes ante las restricciones que ha impuesto la pandemia.
El decreto de las autoridades de gobierno y salud de restringir el acceso de visitante a los cementerios durante los días de conmemoración del Día de Muertos, se tradujo en la ausencia de comerciantes panificadores del pan de muerto, los cañeros y naranjeros que provenían del interior de la república y del estado respectivamente.
EL MAÑANA efectuó un recorrido este sábado por los panteones de la ciudad, comprobando su cierre y la veda de acceso a visitantes.
Sin embargo, fue notoria la ausencia de los artesanos del pan de muerto que suele degustarse como parte de la tradición del Día de Muertos.
Las flores de cempasúchil también han escaseado y poco se ha visto, así como los vendedores de caña de azúcar y críticos tan propios de la temporada.
Esto también impacta en la elaboración en forma adecuada de los altares de muertos, pues la indisponibilidad de estos productos afectó alzar los altares de muertos que llevan estos artículos primordialmente.