La cuarta ola de la pandemia del covid-19 casi triplicó los contagios no sólo entre la población en general, sino también –proporcionalmente– entre la población infantil del país, a la cual todavía no se le incluye en la agenda de vacunación del gobierno mexicano, por considerarla más resistente al virus del SARS-CoV-2.
Este preocupante incremento hizo encender los focos rojos en algunos hospitales pediátricos, como el Hospital Infantil de México Federico Gómez. Y provocó además la suspensión de clases presenciales en algunas entidades federativas, por temor a que las aulas se conviertan en peligrosos focos de contagio para los niños.
El doctor Andrés Castañeda Prado, coordinador de las Causas de Salud y Bienestar de la organización Nosotrxs, señala al respecto:
“Al aumentar los contagios entre la población en general, obviamente también aumentaron entre los niños. La cuarta ola con su contagiosa variante ómicron está arrasando parejo, no hace distingos por cuestiones de edad, raza, religión o nacionalidad… ¡por nada!... Por fortuna está comprobado que los menores de edad se contagian menos que los adultos”.
–¿Y en cuestión de muertes?
–La letalidad también es menor en los niños que en la población adulta, pero esto no quiere decir que no haya muertes y que debamos bajar la guardia, ¡no! ¡de ninguna manera! Es muy preocupante que haya aumentado el número de niños afectados por el virus.
Por su parte, el doctor Mauricio Rodríguez Álvarez, vocero de la Comisión de la UNAM para el covid-19, asegura: “Esta cuarta ola provocó un aumento general en los contagios. Por lo tanto, también se incrementaron en los menores de edad de manera proporcional. Y aunque la variante ómicron es hoy la dominante, no podemos saber qué porcentaje de contagios está provocando, ya que también persiste la variante delta”.
Rodríguez Álvarez calcula el aumento de los actuales contagios con base en el pico máximo que tuvo la tercera ola, ocurrido el 9 de agosto de 2021, cuando se registraron 25 mil contagios, en comparación con el pico máximo de esta cuarta ola, ocurrido apenas el 11 de enero pasado, cuando se dieron 60 mil 879 casos.
“Con base en ese comparativo, la ola actual es casi tres veces más contagiosa que la anterior”, dice el especialista.
Y señala que, entonces y ahora, aproximadamente 4% de los contagios totales se están dando en la población infantil. “Se sigue manteniendo básicamente la misma proporcionalidad, con una variación muy pequeña. De manera que los contagios casi triplicaron tanto en la población en general como en los menores de edad”, dice.
–¿Qué tanto han aumentado las hospitalizaciones de menores de edad?
–No lo sabemos. Esas cifras todavía no están bien desglosadas por parte de las autoridades sanitarias. Aunque aquí hay que tener mucho cuidado, porque de pronto se dice que en tal o cual entidad federativa los hospitales ya están saturados. Esto no necesariamente tiene que ver con un aumento de los contagios, sino también puede ser por una muy baja capacidad hospitalaria.
Lo cierto es que en algunos hospitales pediátricos ha aumentado el ingreso de pacientes con covid, como ocurre en el Hospital Infantil de México Federico Gómez, cuyo director, el doctor Jaime Nieto Zermeño, a través de una circular instruyó a todo su personal a reconvertir en áreas covid algunas zonas del nosocomio y también a extremar precauciones de autoprotección.
En esta circular –dada a conocer por el diario El Economista, el pasado 5 de enero– dice Nieto Zermeño: “Es claro que el repunte de Ómicron ya está afectando al hospital, tanto en pacientes como en el personal, asociado a un incremento mayor a lo esperado por infecciones de vías aéreas en los niños”.
También le pide al personal, particularmente a las enfermeras residentes, por ser las más expuestas, a “cuidarse como si todos los pacientes tuvieran Covid-19”.
Escuelas semivacías
Y es que sólo en las dos primeras semanas de enero se reportaron 3 mil 609 nuevos infectados entre los menores de edad, un aumento sustancial respecto al mismo periodo de diciembre, cuando hubo poco más de 600 contagios, según el más reciente reporte del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes, elaborado con datos de la Secretaría de Salud.
Los estados con más contagios por cada 100 mil habitantes son Tabasco, Ciudad de México, Baja California Sur, Guanajuato y Querétaro.
Esto hizo que disminuyera muchísimo el retorno a las clases presenciales en las escuelas del país, tras concluir las vacaciones de Año Nuevo. La titular de la SEP, Delfina Gómez, reconoció que por “miedo” a la variante ómicron, 42.8% de los estudiantes del país ya no regresó a clases. De los 25 millones de alumnos que hay en México –precisó– sólo acuden a las aulas alrededor de 17 millones 500 mil.
“Se ha reducido precisamente la asistencia de alumnos. Ahorita tenemos un aproximado de 17 millones y medio. Ha sido un proceso difícil. Claro que hay miedo e incertidumbre”, se lamentó Gómez el pasado 11 de enero.
Precisamente este temor provocó que alrededor de 12 gobernadores suspendieran las clases presenciales en sus respectivos estados; esperan reanudarlas cuando pase la actual oleada de la pandemia.
Sobre este punto, Castañeda Prado señala: “Ante una política educativa centralizada, estos gobernadores son vistos un tanto como rebeldes por tomar decisiones independientes, pero tienen razón, porque todavía estamos en la parte alta de la pandemia y cada estado tiene distintos niveles de contagio”.
–¿Lo mejor es que cada gobierno estatal aplique las medidas que mejor le convengan?
–Sin duda, porque hay estados y regiones donde la pandemia está muy activa y regresar a las aulas resulta muy riesgoso. Pero también deben tomarse en cuenta otros factores, como la infraestructura de cada plantel educativo; algunos tienen buenas condiciones sanitarias, pero otros no. Tampoco es lo mismo un salón de clases de un área urbana al que asisten 30 alumnos y tiene escasa ventilación, a un salón rural con pocos alumnos y bien ventilado. Aparte, lo ideal sería que los maestros ya estuvieran vacunados al cien por ciento con su dosis de refuerzo, para evitar riesgos”.
Por su parte, Rodríguez Álvarez indica que incluso dentro de cada estado hay municipios donde la epidemia es alta y otros donde, en cambio, hay muy bajos contagios y bien pueden abrir sus escuelas tomando las medidas sanitarias adecuadas.
“Los gobernadores deberían determinar cuáles municipios regresan a clases presenciales y cuáles no pueden hacerlo, pues se trata de no afectar a todos los estudiantes del estado”, dice el especialista de la UNAM.
Y agrega: “Si se implementan las medidas sanitarias básicas, las escuelas no amplifican la pandemia. También está comprobado que los menores se contagian a través de los adultos que conviven con ellos. Por eso es importante la vacunación de los maestros y de los familiares de los niños y adolescentes”.
–¿Y no resulta más vulnerable la población infantil por el hecho de que, en México, todavía no se le esté vacunando?
–No necesariamente, pues el contagio les provoca cuadros muy leves a los menores de edad. En cambio, afecta muchísimo más a los adultos, sobre todo a los mayores de 40 años. Por eso se les da prioridad en las políticas de vacunación.