Sepultan en Chile sistema electoral

 El Congreso chileno sepultó al sistema electoral legado por la dictadura militar de Augusto Pinochet y lo reemplazó por uno proporcional inclusivo. A su vez aumentó el número de parlamentarios, cambió los distritos y estableció la obligación de que al menos un 40por ciento  de los candidatos sean mujeres.Los diputados aprobaron por mayoría los cambios introducidos la semana pasada por los senadores, lo que dejó el proyecto de reforma electoral listo para ser promulgado por la presidenta Michelle Bachelet.El llamado sistema electoral binominal instaurado por el régimen de Pinochet (1973-1990), modificaba los resultados de las votaciones parlamentarias en las urnas para favorecer la existencia de dos grandes bloques políticos y dejaba fuera del Congreso a los grupos pequeños y a independientes.Si una coalición electoral que disputaba dos bancas obtenía 34 por ciento  de los sufragios se aseguraba uno aunque sus rivales obtuvieran un 66 por ciento , porque no lo doblaba en sufragios.El binominal fue reemplazado por el llamado método de D’Hondt, que asigna cargos según el número de sufragios obtenidos.La reforma electoral aumentó de 120 a 155 los diputados y de 38 a 50 los senadores, uno de los puntos más criticados por la oposición conservadora y de centroderecha.“A partir de ahora se van a elegir más diputados, con muchos menos votos y le va a costar al país muchos más recursos”, comentó el diputado Nicolás Monckeberg, del centroderechista partido Renovación Nacional.La ministra de la presidencia, Ximena Rincón, sostuvo que “estamos haciendo desde el año 57, probablemente, la reforma más importante de nuestro sistema político” y agregó que los argumentos sobre mayores gastos del Congreso “son excusas que torpedean una reforma que el país reconoce como necesaria”.Además se modificaron los distritos y se establece en forma obligatoria que 40% de los candidatos sean mujeres, lo que no implica que lleguen al Congreso en la misma proporción.La modificación al sistema electoral se da en el marco de una generalizada reprobación a la política y los políticos, según coincidentes encuestas, que se agudizó con un escándalo que dejó al descubierto el apoyo a campañas electorales por parte de un grupo financiero conservador, al margen de lo establecido por la ley electoral vigente.