Sentencian a 30 años de prisión a 'El Talibán', en Texas

Durante el juicio a Velázquez, varios testigos señalaron que sus familiares fueron víctimas de los asesinatos cometidos por los Zetas

Laredo, Estados Unidos (22 julio 2017).- La juez de la Corte Federal de Laredo, Texas, sentenció a 30 años de prisión a Iván Velázquez Caballero, El Talibán, quien fuera uno de los máximos capos del Cártel de los Zetas y del Cártel del Golfo.El Talibán fue detenido en junio del 2012 en San Luis Potosí, México y extraditado en septiembre de ese mismo año.Durante el juicio a Velázquez, varios testigos señalaron que sus familiares fueron víctimas de los asesinatos cometidos por los Zetas, pero El Talibán negó ordenar tales crímenes.La juez Micaela Álvarez reconoció que Velázquez no fue acusado de ordenar cualquiera de los homicidios descritos por los testigos, pero lo consideró responsable de las atrocidades llevadas a cabo por los Zetas.Douglas Mulder, abogado de Velázquez, alegó que su cliente también enfrentó la crueldad de la guerra de las drogas y que le mataron a su hermano y un hijastro.Finalmente la juez encontró evidencia suficiente para responsabilizar a Velázquez de los cargos de lavado de dinero y asociación delictuosa para traficar drogas.Jim Reed, agente auxiliar de la oficina de la DEA, presente en el juicio, dijo estar satisfecho con la sentencia de 30 años de prisión.Es una sentencia significativa y básicamente refleja la cantidad de drogas involucradas, la violencia, la destrucción y la desesperación causada por esta organización criminal, dijo.Velázquez era cabecilla de los Zetas en San Luis Potosí cuando sus sicarios mataron al agente federal estadounidense, Jaime Zapata el 15 de febrero del 2011.Zapata fue el segundo agente federal estadounidense en la historia en ser asesinado en México. El primero fue Enrique Camarena.Velázquez intentó convertirse en el jefe máximo de los Zetas y entró en conflicto con Miguel Ángel Treviño Morales, el Z-40, por lo que se alió con el Cártel del Golfo para derrocarlo.Esta disputa desató durante el 2012 una serie de ejecuciones masivas y múltiples asesinatos en San Luis Potosí, Zacatecas, noreste mexicano y sur de Texas.