Sargazo, afecta al sector turístico en Cancún

​Durante años, Cancún ha confiado en una fórmula simple: cerveza barata, sol brillante y playas caribeñas prístinas, y con eso atrae a millones de turistas

Nueva York, Estados Unidos.

En los últimos meses, la última parte de esa ecuación se ha visto manchada por la invasión de un alga marina. Miles y miles de toneladas se han acumulado en Cancún y docenas de playas cercanas en la península de Yucatán, como Tulum, Playa del Carmen y Holbox. No solo es viscosa sino que además expide un hedor como a huevos podridos, según muchas personas.

El fenómeno perjudica al negocio turístico de Cancún y representa otro golpe para la economía mexicana, que ya tambalea camino a una recesión.

La ocupación hotelera en Cancún cayó un 3.4 por ciento en las primeras tres semanas de junio. Algunos lugares ofrecen descuentos en habitaciones de hasta 20 por ciento y transportan huéspedes a playas no afectadas.

El tráfico aéreo a Cancún registró un mísero aumento de 1.2 por ciento en junio, el crecimiento más débil del mes desde 2011, y los inversionistas llevan meses deshaciéndose de acciones del operador Grupo Aeroportuario del Sureste, que registra una baja superior a 10 por ciento desde fines de enero.

El turismo es la columna vertebral de la economía de la región. En 2017, casi el 90 por ciento del Producto Interno Bruto del estado de Quintana Roo en la península de Yucatán provino del sector de servicios. En Cancún, casi el 40 por ciento de los empleos están directamente relacionados con la industria del turismo, según un estudio de 2018 del Consejo Mundial del Viaje y el Turismo.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador ha minimizado en varias ocasiones la invasión del alga. Considera que el problema es "controlable" y ha destinado muy poco dinero, apenas 2.6 millones de dólares, para eliminarla. Sin embargo, otros están mucho más preocupados al no saber cuándo terminará la arremetida de la especie, conocida como sargazo. La Asociación de Hoteles de Quintana Roo estima una caída de alrededor de 10 por ciento de las futuras reservas en todo el estado.

"Lo importante es que este problema no va a desaparecer", comentó Valeria Romo, analista de Invex Casa de Bolsa. "No hay solución de largo plazo a la vista".

Aunque no es algo nuevo, las olas de algas se han disparado en los últimos años. La marea roja, que se compone de otro tipo de algas, se presentó en la costa de Florida en 2018, matando peces y liberando toxinas que causan síntomas respiratorios en humanos similares al gas lacrimógeno. El Caribe, el Golfo de México y Florida registran plagas de sargazos hace varios años. Utilizando imágenes satelitales, científicos de la Universidad del Sur de Florida descubrieron este mes el bloque más grande de esta alga en el mundo, bautizado como el Gran Cinturón de Sargazo del Atlántico.

No hay consenso sobre qué está causando el problema. Algunos científicos lo atribuyen al cambio climático y su efecto en las precipitaciones y la circulación oceánica. Otra posible razón: un aumento de la deforestación y los fertilizantes utilizados en la Amazonía brasileña, que desemboca en el océano, según datos preliminares del estudio de la Universidad del Sur de Florida. Los nutrientes de los fertilizantes aceleran el crecimiento de las algas.

"La química del océano debe haber cambiado para que las manchas se salgan de control", planteó el Dr. Chuanmin Hu, de la Facultad de Ciencias Marinas de la USF, en el comunicado que presenta el estudio.

Cuadrillas trabajan constantemente para tratar de contener las manchas. En una mañana reciente en Playa del Carmen, se les pudo ver utilizando una excavadora para llevar las algas a un camión que a su vez las transportaba a una pila principal para su recolección. No obstante, eso solo brinda un alivio temporal. Áreas que tardan horas en limpiarse se llenan de sargazos solo horas después.

Mientras los turistas se mantienen alejados, aumenta la angustia de los propietarios de negocios locales. "Los veranos son generalmente lentos", explicó Mariana Padilla, propietaria de un café en Tulum. "Pero este año la caída fue mucho más pronunciada en comparación con el año pasado".