BOGOTÁ — “Acá en Colombia la muerte se volvió un paisaje, acá lo quieren justificar (diciendo) que eran delincuentes... si ellos no tienen voz, nosotros vamos a hablar por ellos”, dijo a The Associated Press Beatriz Méndez, madre de Weimar Armando Castro Méndez, quien desapareció en junio de 2004 y luego fue encontrado sin vida y con ropa que solían usar los guerrilleros pero que no le pertenecía.
En febrero de este año la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), un tribunal creado para juzgar los hechos del conflicto armado en Colombia, reveló que en el país hubo 6.402 “falsos positivos”, el triple de las víctimas que se conocían hasta ese momento.
“Cuando empezó a conocerse la cifra de la JEP varios universitarios se horrorizaron con la idea y dijeron que había que hacer algo y entonces surgió la idea de hacer una performance que consistía en protestar pacífica y silenciosamente haciendo el número 6.402 con su cuerpo”, relató a AP Rafael Orozco, director de la performance mundial. “Se hace con un mensaje único: que algo así nunca vuelva a suceder”, agregó.
Durante la protesta fueron utilizadas decenas de botas debido a que algunos jóvenes asesinados aparecían con las botas puestas al revés y con uniformes de guerrilleros que no tenían rastros de balas, pese a que los cuerpos mostraban las heridas.
Para esta performance escogieron el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas creado por las Naciones Unidas y pidieron la participación de personas en todo el mundo. Orozco indicó que han recibido reportes de estos actos simbólicos en más de 30 ciudades incluidas Londres, París, Montreal, Barcelona, Madrid y Buenos Aires.