Preocupada por la conducta que descubrió en algunos estudiantes durante el regreso a clases presenciales en la primaria privada que dirige, tras el encierro por la pandemia causada por el covid-19, una maestra se acercó a la psicóloga Ana Laura Treviño Santos y le confesó: “¡Los niños se jalan los pelos! ¡Están mal!”
La especialista en psicoterapia infantil reflexiona sobre las actitudes emocionales registradas en un estudio que realiza entre niños y adolescentes de la Ciudad de México: “Es algo que yo no había visto en 30 años de experiencia. Esto nos dice que hay una alarma, que hay que actuar por la salud mental de los menores de edad. Eso es lo más importante, y si no se ataca, después tendremos consecuencias muy serias”.
Extrañamente callados
Una profesora de secundaria pública –que solicita omitir su nombre– habla de otro efecto que descubrió en sus alumnos con el regreso a clases después de más de un año con clases a distancia: “Vi a mis niños infantilizados, como que no crecieron físicamente, sus cuerpos no se desarrollaron y traen conductas muy pueriles. Me sorprendió mucho”.
Recuerda que, al regresar a las aulas a finales de agosto de 2021 por orden de la SEP, para el ciclo escolar 2021-2022, los profesores tuvieron problemas para conectar con sus alumnos.
“Se la pasaban callados, sin contestar, no entendían las clases. La primera semana todos los maestros nos cansamos mucho por el esfuerzo que hicimos con ellos. Eso duró como un mes. Pensábamos que a su edad eso es anormal. ¡Extrañábamos su desmadre! Empezaron a hablarse hasta el segundo mes”, dice.
Poco a poco mejoraba la relación en los salones hasta que el director avisó a maestros y padres de familia que regresarían a clases virtuales por la cantidad de contagios de la variante ómicron en el plantel. “Tuve alumnos que me dijeron: ‘¡Ay, maestra! Va a empezar el martirio otra vez, sentado todas esas horas, mi papá me va estar fregando. ¡Ya no quiero eso!’”.
Un profesor de primaria pública, quien pide que se reserve su nombre, habla sobre el peligro de que, por órdenes de la SEP, ningún estudiante puede ser reprobado, aunque su nivel académico sea insuficiente para pasar al siguiente grado.