MADRID — David Beriáin, de 44 años, y Roberto Fraile, de 47, periodistas con una larga experiencia en zonas de conflicto, participaban con el conservacionista islandés Rory Young, director de una fundación para la defensa de la vida salvaje, en la grabación de un documental sobre la caza furtiva.
Viajaban con una patrulla contra la caza furtiva dirigida por una fuerza militar especial en el este de Burkina Faso cuando su convoy fue emboscado por yihadistas el lunes.
Los tres europeos y un soldado burkinés fueron asesinados, según las autoridades españolas. El gobierno de Burkina Faso dijo que otras seis personas resultaron heridas.
Los cuerpos de los europeos fueron trasladados durante la noche desde la capital de la nación africana, Uagadugú, en un Airbus del ejército español. Una guardia de honor sacó los féretros del avión a su llegada a un aeropuerto militar cerca de Madrid, donde esperaban las familias de los reporteros.
“Hoy es un día triste”, dijo la ministra de Exteriores española, Arancha González Laya, tras una breve ceremonia en la pista. “Hemos venido a despedir a David y Roberto, que tanto han hecho por dar voz a los que no la tienen, para visibilizar realidades que nos rodean y dar fuerza a la democracia”.
El gobierno español concederá la Orden del Mérito Civil, que reconoce las contribuciones extraordinarias de los ciudadanos, a los periodistas, agregó González Laya.
El equipo estaba grabando un documental sobre cómo atajan las autoridades burkinesas la caza furtiva. centrándose también en las comunidades que viven en las reservas naturales. Young, director de Chengeta Wildlife Foundation, encabeza una patrulla en el Parque Nacional Arly, explicó el grupo en un comunicado en Facebook.
Dos soldados heridos en el ataque contaron que trataron de proteger a los extranjeros durante unos combates que duraron tres horas, pero estaban en minoría ante los extremistas. Un trabajador extranjero de la fundación sobrevivió, dijeron a The Associated Press hablando bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a hablar con los medios.
Burkina Faso ha sufrido ataques relacionados con extremistas islamistas que han causado miles de muertos y un millón de desplazados.
La violencia aumentó esta semana en las zonas más afectadas del país, como el este y el norte. En el mismo día del ataque a la patrulla, 18 personas murieron a manos de pistoleros en el Sahel. En un comunicado a principios de semana, el gobierno dijo que los “terroristas han llevado a cabo actos de intimidación, saqueo y asesinatos de civiles”.
España, Francia, Alemania e Italia dijeron en un comunicado conjunto que estaban comprometidos a apoyar a la región con entrenamiento y suministros militares, pero también con ayuda humanitaria para lograr una necesaria estabilidad.
“La lucha contra el terrorismo no va a parar, queremos ser implacables”, advirtió la ministra de Defensa de España, Margarita Robles. Añadió que agentes de inteligencia españoles se encontraban en Burkina Faso para asistir en la investigación.
El ministerio dijo luego en un comunicado que los periodistas “tuvieron la máxima prudencia en su actuación”, pero que las fuerzas burkinesas que repelieron el ataque inicial “se vieron superadas por la potencia de fuego de los atacantes”.
En una evaluación inicial del ataque, el ministerio dijo que las armas y medios empleados por los atacantes no eran de traficantes ni cazadores furtivos sino de “uno de los grupos yihadistas que actúan en la región”.