SAN FRANCISCO DE CONCHOS, Chihuahua
Los uniformados temen que habitantes de la zona lleguen en caravana y tomen la derivadora como lo hicieron el 8 de septiembre con la presa "La Boquilla", a unos cuantos kilómetros de ahí. En otra presa, la Francisco I. Madero o "Las Vírgenes", como la conocen los pobladores de esta región, en el municipio de Rosales, otros elementos de la GN montan guardia 24 horas al día con sus fusiles de cargo. En otro frente, un grupo de civiles se mantiene atrincherado en La Boquilla. Resguardan en la entrada y hay hombres apostados en los cerros que tienen la encomienda de alertar si ven acercarse vehículos de la Guardia Nacional o del Ejército.
En el lugar sólo se permite laborar a una persona que maneja las válvulas de la Comisión Nacional del Agua. "Es una guerra, desde que militarizaron las presas es una guerra", comenta Jaime García, un productor de chile del municipio de Meoqui. De ser necesario, dice, con piedras y palos se enfrentarían de nueva cuenta contra la Guardia Nacional para retener el agua que aseguran les corresponde.