Familiares de las víctimas marcharon el domingo para conmemorar el 50mo aniversario de las protestas conocidas como “Bloody Sunday” (Domingo Sangriento) en Irlanda del Norte.
Trece personas murieron y otras 15 resultaron heridas cuando soldados británicos dispararon contra manifestantes pro-derechos civiles el 30 de enero de 1972 en Derry (también conocida como Londonderry).
Este domingo cientos de personas caminaron hacia el monumento erigido en honor de los caídos, para una ceremonia de recordación y colocación de una ofrenda floral.
El gobierno británico ofreció sus disculpas en el 2010 luego que una investigación oficial halló que los soldados dispararon sin justificación alguna contra civiles no armados y mintieron al respecto durante décadas.
El reporte refutó las conclusiones iniciales según las cuales los soldados dispararon en defensa propia contra milicianos del Ejército Republicano Irlandés.
Un ex soldado británico fue acusado en el 2019 por la muerte de dos manifestantes y las heridas causadas a otros cuatro.
El primer ministro británico Boris Johnson declaró el miércoles ante el Parlamento que el Bloody Sunday fue “uno de los días más oscuros de nuestra historia” y que la nación “debe aprender de su pasado”.
El presidente irlandés Michael D. Higgins se dispone a pronunciar un discurso a los familiares de las víctimas.