Al colocar al canciller Sergey Lavrov y el ministro de Defensa Sergey Shoigu en la lista, Putin busca aumentar el entusiasmo de los votantes por el partido, cuyo apoyo ha estado declinando.
La elección del 19 de septiembre para renovar los 450 escaños de la Duma, la cámara baja del parlamento ruso, es considerada una parte importante de los esfuerzos de Putin para afianzarse en el poder antes de la elección presidencial de 2024. El mandatario de 68 años, que ha estado en el poder durante más de dos décadas, implementó cambios constitucionales el año pasado que pudieran permitirle quedarse ahí hasta 2036.
Shoigu y Lavrov gozan de una popularidad considerable debido a sus posiciones firmes respecto a las fuerzas armadas y los desafíos que le han planteado a Occidente. Estar en la lista del partido no los obliga a ocupar escaños parlamentarios si ganan.
Notablemente ausente de la lista anunciada en una convención del partido era el nombre de Dimitry Medvedev, el expresidente y ex primer ministro que encabeza Rusia Unida. Medvedev dejó el cargo de premier en enero de 2020 y asumió el puesto menos visible de subjefe del consejo de seguridad nacional.
Aunque Rusia Unida domina la política del país y es la base del poder de Putin, su respaldo está bajando. Un sondeo en abril realizado por el Centro Levada encontró que solamente 42% de los electores votarían por el partido en los comicios parlamentarios.
De cara a las elecciones de septiembre, las autoridades rusas han dado pasos para maniatar a la oposición, especialmente proscribiendo las organizaciones fundadas por el actualmente encarcelado activista Alexei Navalny. Eso impide que las personas asociadas con la Fundación para el Combate de la Corrupción y su vasta red regional se presenten a cargos de elección popular. Muchos de los aliados de Navalny esperaban ser candidatos en septiembre.