Los bloqueos de camioneros en la capital de Canadá y en cruces fronterizos con Estados Unidos, incluyendo un puente hacia Detroit de vital importancia económica, obligaron al cierre de una planta de Ford, y la compañía advirtió que podría haber repercusiones a gran escala para la industria automotriz de Norteamérica.
En tanto, el primer ministro Justin Trudeau se mantuvo firme en su postura de no relajar las restricciones impuestas por la pandemia pese a la creciente presión de los manifestantes, quienes buscan el fin de tales restricciones y la salida de Trudeau.
El bloqueo, realizado principalmente por personas a bordo de camionetas, entró en su tercer día en el puente Ambassador entre Detroit y Windsor, Ontario. Se obstruyó la entrada de vehículos a Canadá, mientras que el tráfico en dirección a Estados Unidos seguía circulando.
Por dicho puente pasa el 25% de todo el comercio entre Canadá y Estados Unidos, y las autoridades canadienses expresaron su creciente preocupación por los efectos económicos.
Ford dijo la tarde del miércoles que la escasez de autopartes obligó al cierre de su fábrica de motores en Windsor y a recortar el horario de operación de una planta de ensamblaje en Oakville, Ontario.
"Esta interrupción en el puente Detroit-Windsor perjudica a los clientes, los trabajadores y proveedores de la industria automotriz, a las comunidades y a las compañías en ambos lados de la frontera", declaró Ford en un comunicado. "Esperamos que esta situación se resuelva rápidamente porque podría tener un impacto a gran escala en todas las automotrices en Estados Unidos y Canadá".
La escasez provocada por el bloqueo también obligó a General Motors a cancelar el segundo turno del día en su fábrica de camionetas medianas cerca de Lansing, Michigan. El portavoz Dan Flores dijo que esperan reanudar las operaciones el jueves y que, entre tanto, no se tiene previsto un impacto adicional.
Más tarde el miércoles, el portavoz de Toyota Scott Vazin informó que la compañía no podrá fabricar nada en tres plantas de Canadá durante el resto de la semana debido a la escasez de autopartes. Un comunicado de la automotriz atribuyó el problema a los desafíos relacionados con la cadena de suministros, el clima y la pandemia, pero los cierres se produjeron apenas días después del inicio de los bloqueos.
"Nuestros equipos trabajan de manera diligente para minimizar el impacto en la producción", apuntó la compañía, y agregó que por el momento no se tiene previsto el despido de personal.
Stellantis, conocida anteriormente como Fiat Chrysler, reportó operaciones normales el miércoles, aunque el día anterior se vio obligada a reducir sus turnos en su planta de minivans en Windsor.
Un creciente número de provincias canadienses han decidido levantar algunas de sus medidas de prevención conforme disminuyen los casos de coronavirus, pero Trudeau defendió las restricciones que el gobierno federal ha implementado, incluida una que ha causado la molestia de varios conductores de camiones: una regla que entró en vigor el 15 de enero que requiere que los camioneros que ingresen a Canadá estén completamente vacunados contra el COVID-19.
"La realidad es que los mandatos de vacunación, y el hecho de que casi el 90% de los canadienses acudieron a vacunarse, han garantizado que esta pandemia no haya golpeado tan fuerte aquí en Canadá como en otras partes del mundo", afirmó Trudeau en el Parlamento.
Los manifestantes también han bloqueado por una semana y media el paso fronterizo de Coutts, Alberta, donde el miércoles había unos 50 camiones. Y más de 400 camiones han paralizado el centro de Ottawa, la capital de Canadá, en una protesta que comenzó a finales del mes pasado.
Aunque los manifestantes han pedido la destitución de Trudeau, la mayoría de las medidas restrictivas en el país han sido establecidas por los gobiernos provinciales. Entre ellas se encuentra la exigencia de presentar "pasaportes" que muestran el estatus de vacunación para poder ingresar a restaurantes, gimnasios, cines y eventos deportivos.
Alberta, Saskatchewan, Quebec, la Isla del Príncipe Eduardo y Nueva Escocia anunciaron esta semana sus planes de levantar parte o la totalidad de sus medidas. Alberta, la provincia más conservadora de Canadá, eliminó inmediatamente su pasaporte de vacunación y se deshará del requerimiento de uso de mascarillas a finales de mes.
La lideresa de oposición de Alberta, Rachel Notley, acusó al primer ministro de la provincia, Jason Kenney, de permitir que "un bloqueo ilegal determine las medidas de salud pública".
Las protestas continuaron en Alberta a pesar de los planes de revertir las medidas.
"Aquí hay personas que lo han perdido todo debido a estos mandatos, y no se rendirán, y están dispuestos a defender su postura y a continuar hasta que lo logremos", dijo el manifestante John Vanreeuwyk, operador de una granja de engorde en Coaldale, Alberta.
"No nos moveremos hasta que Trudeau se vaya", puntualizó.
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Krisher reportó desde Detroit.