Todo lo que ocurra en la sala del gran jurado debe permanecer en secreto. El personal de la Fiscalía de Distrito del condado de Dallas le remarcó ese punto a Jantzen Verastique antes de conducirla al juzgado en noviembre para que testificara contra un policía acusado de agredirla, narra un artículo publicado en Al Día Dallas.
La nota firmada por Miles Moffeit señala que Verastique, de 34 años, solo quería exponer su versión ante los jurados: Que como madre latina preocupada por el futuro de sus hijos afroamericanos adoptivos, se había sumado a las protestas masivas que estallaron luego de la muerte de George Floyd.
Quería que el jurado supiera que ella había presenciado cómo la policía había emboscado a manifestantes afroamericanos pacíficos, abunda el medio texano filial de The Dallas Morning News.
También necesitaba que entendieran que había pedido a los oficiales dejar de hacerlo, pero que uno de ellos, el sargento Roger Rudloff, con 26 años de carrera, le disparó balas de pimienta en el pecho y la arrestó.
Entonces, después de sentarse en el área de los testigos, Verastique de pronto sintió que no podía hablar. Un letrero colocado a pocas pulgadas de su cara decía “No mencione temas raciales al testificar”. Los fiscales no le habían dicho de esa regla.