Las acusaciones de fraude, compra de votos y rebase de topes de campaña ya aparecieron en la contienda interna del PRI, en la cual el aspirante más señalado es Alejandro Moreno, a quien se acusa de ser el “candidato de la cúpula”.
La conflictiva situación ya originó fracturas en el PRI y más imputaciones a la actual dirigencia de Claudia Ruiz Massieu, así como a los 11 gobernadores priistas que manifestaron su apoyo al exmandatario Alejandro Moreno. A éstos, principalmente al mexiquense Alfredo del Mazo, se les señala de inflar el padrón con nuevos militantes “comprados” a favor de Moreno y de entregarle dinero.
Ulises Ruiz y Coral Valencia, a quienes la Comisión Nacional de Procesos Internos les negó el registro por no contar con todos los apoyos marcados en los estatutos, acusan que con esa acción la cúpula cargó los dados a favor de Alejandro Moreno.
Lo atribuyen a que su fórmula anunció que si ganaba haría lo posible para que se investigara al expresidente Enrique Peña Nieto por actos de corrupción en su gobierno que también afectaron al partido.
“El PRI está secuestrado por unos cuantos, por los que siempre se benefician, por los que siempre tienen la oportunidad de tener un cargo”, dijo Carolina Valencia, del Movimiento Territorial y aspirante a la secretaria general, entrevistada en las instalaciones de una televisora durante un recorrido por Guanajuato.
En tanto, Ulises Ruiz demandó la suspensión de los derechos políticos de Moreno luego de que se le atribuyera la propiedad de un inmueble con valor de casi 50 millones de pesos, ubicado en una zona escénica de playa en Campeche, con mil 900 metros cuadrados de construcción en un área de 7 mil.
Según Ruiz, a su vez exgobernador de Oaxaca, el expresidente Peña Nieto comprometió la entrega del PRI con el presidente Andrés Manuel López Obrador y por eso apoya a Moreno, que es parte de la negociación.