REYKJAVIC, Islandia — El secretario de Estado estadounidense Antony Blinken y el ministro del Exterior ruso Serguei Lavrov planean reunirse el miércoles al margen del Consejo del Ártico en Reykjavik, la capital de Islandia, una ciudad de larga historia en las relaciones ruso-estadounidenses.
Antes de las conversaciones —ostensiblemente para preparar una cumbre entre los presidentes Joe Biden y Vladimir Putin el mes próximo— los dos diplomáticos expresaron posiciones diametralmente opuestas para la reunión, un anticipo de lo que probablemente será un intercambio de opiniones arduo y contencioso.
Las relaciones ruso-estadounidenses amenazan con caer a niveles de la Guerra Fría luego de una serie de expulsiones recíprocas de diplomáticos. Las grandes potencias nucleares están enfrentadas en una variedad de asuntos como Ucrania, el Ártico, el encarcelamiento del líder opositor ruso Alexei Navalny y acusaciones de que hackers rusos fueron responsables de un ataque con ransomware a un oleoducto estadounidense.
“Nosotros preferiríamos tener una relación más estable y previsible con Rusia”, dijo Blinken el martes. “Al mismo tiempo, hemos dicho muy claramente que si Rusia opta por medidas temerarias o agresivas contra nuestros intereses o los de nuestros aliados y socios, responderemos. No con fines de buscar o escalar un conflicto sino porque no se puede permitir que semejantes retos avancen impunemente”.
Acaso anticipando la posición de Blinken, Lavrov brindó una conferencia de prensa el lunes en Moscú.
“Aparentemente, (Estados Unidos) ha tomado una decisión de promover relaciones estables y previsibles con Rusia”, dijo. “Pero si esto incluye sanciones constantes y previsibles, eso no es lo que necesitamos. Nuestra actitud hacia Estados Unidos incluye la esperanza de que las relaciones normalizadas se basen en medidas concretas más que en palabras que hemos escuchado demasiadas veces”.