El gobierno de México presentó una “guía ética” que distribuirá entre la población y con la que espera fomentar valores que permitan transformar el país.
El documento, que al divulgarse despertó críticas, fue elaborado por grupos de trabajo en los que participaron académicos e iglesias, incluye conceptos que van desde el respeto a las diferencias, la igualdad, la justicia o el respeto al medio ambiente, hasta otros que suelen generar más polémica como el perdón, el placer o la familia.
Cuando llegó al poder en diciembre de 2018, Andrés Manuel López Obrador anunció que impulsaría una “constitución moral”, pero al final se decidió en que sólo fuera una “guía ética para la transformación” con directrices que serán voluntarias.
“No es una ley, no se trata de una norma jurídica de ningún tipo”, dijo Jesús Ramírez, vocero del presidente y encargado de presentar el texto. “Es un documento para el debate, para la discusión, para la reflexión y, por lo tanto, la incorporación de los valores y principios que ahí se exponen es absolutamente voluntaria”.
Desde que López Obrador asumió la Presidencia apostó por educar en valores para llegar a una “república amorosa” porque parte de los problemas del país se debían, a su juicio, a la descomposición moral que imperó durante el periodo neoliberal. Pero la propuesta de una “constitución moral” generó críticas de diversos sectores que tacharon al presidente de ser muy conservador en lo moral y comportarse como si fuera un mesías.
El mandatario reconoció el jueves que “hubo todo un debate” sobre su propuesta y dio a entender que por eso la idea de la “constitución” -que implica obligatoriedad- se modificó para apostar por una “guía” voluntaria que no provocara confrontación.
El documento, que se repartirá a los ancianos para que ellos lo divulguen, tiene frases para todos los gustos e ideas que parecen contradictorias.
Por un lado, pide a las “víctima de maltrato, agresión, abuso o violencia” que perdonen a los agresores y defiende que “criminales y corruptos pueden redimirse por medio de la reflexión, la educación e incluso la terapia psicológica”, pero también indica que no se puede renunciar a las penas de cárcel “por la seguridad de la sociedad y por motivo de justicia” y apuesta por combatir el autoritarismo y las leyes sin sentido o injustas.
En algunos puntos recuerda a los catecismos católicos, como cuando aboga por “no mentir, no robar, no traicionar”, pero también defiende el laicismo, el gozo “tanto en sus expresiones espirituales como en las corporales” y la familia como un núcleo diverso conformado por personas de distinto o el mismo sexo.
Y aunque apuesta por “cuidar” la vida, elude toda alusión que pueda vincular ese principio al eterno debate del aborto.
En el tema económico dice que es “lícito poseer y acrecentar bienes” siempre y cuando se haga con respeto a las leyes pero subraya la riqueza debe ser distribuida y que los empresarios deben ser “responsables” y tener “conciencia social”.
Para la politóloga Fernanda Vidal Correa, investigadora de la Universidad Panamericana y miembro de la Red de Politólogas “No sin mujeres”, la guía “no es ilegal pero sí atípica y desatinada, algunos incluso dirán que propagandística”, ya que lo habitual es que pueda haber códigos de conducta para determinados servidores públicos, pero no para la sociedad en general.
En su opinión, que la sociedad debata es positivo pero “intentar generar valores desde el ejecutivo no me parece correcto” porque la función de los gobiernos es “garantizar el ejercicio pleno de los derechos”.
En las redes, las principales críticas fueron entre quienes denunciaron que cercanos al presidente no siguen esos principios o quienes defendían que la única guía ética de los mexicanos debe ser la Constitución.
El expresidente Felipe Calderón, por ejemplo, ironizó en Twitter que “para cartilla moral del sexenio, es más precisa la “Biblia” de Pío López Obrador, que registra las entradas de dinero ilegal que fueron a dar a su hermano @lopezobrador— ¿cuando nos presentan esa “Biblia” en una mañanera?”.
En la calle sí había gente que lo apoyaba, como Plácida Morelos, una trabajadora de limpieza de 40 años que vive en un suburbio de la capital. “Yo no entiendo de política pero está bien hablar de valores a los jóvenes porque han perdido el respeto por todo”, indicó.
El gobierno dijo que se imprimirán diez millones de guías a repartir, en primer lugar, entre los adultos mayores para que, quien lo desee, se encargue de explicar esos valores entre los suyos.