Corea del Norte se prepara para celebrar este sábado el acontecimiento más importante de sus últimos tres años: el 70 aniversario oficial de la fundación de su Partido de los Trabajadores.
Prepara Norcorea espaldarazo a Kim
Corea del Norte se prepara para celebrar este sábado el acontecimiento más importante de sus últimos tres años: el 70 aniversario oficial de la fundación de su Partido de los Trabajadores.
Pyongyang, Corea del NorteDesde hace meses, todos los esfuerzos del país se han vertido en el desfile que el fin de semana atravesará la plaza de Kim Il-Sung bajo la presencia del líder Supremo, Kim Jong-un.La capital norcoreana se ha recubierto de carteles para un festejo que enviará el mensaje, tanto a los ciudadanos como a los extranjeros, de que el régimen cierra filas en torno a su jefe, mantiene el control y no piensa cederlo en ningún futuro previsible.Pyongyang está de gala.Sus principales avenidas se adornan desde hace días con banderas del país, carteles que conmemoran el glorioso 70 aniversario del Partido y letreros luminosos con el símbolo del régimen: la hoz, el martillo y el pincel, que unen a los campesinos, los obreros y los intelectuales en un mismo abrazo, según explica la señorita Min, una de las guías que el Ministerio de Asuntos Exteriores.Decenas de periodistas, procedentes de todo el mundo, han recibido autorización para viajar a uno de los países más herméticos del globo, en una señal de la importancia que el Gobierno norcoreano confiere a la efeméride.Estrellas que se pensarían en otras latitudes y otras épocas del año como navideñas, por su diseño y color, o afiches con referencias a la mitología coreana a la que recurre con frecuencia el régimen -el veloz caballo alado Chollima, una alusión al deseo de un rápido desarrollo económico-, forman también parte de una decoración especial para el evento que imparte una nota extra de color a las calles de Pyongyang.A los adornos se suman los estrenos.Desde esta semana un crucero, el Mujigae, ofrece recorridos por el río Taedong, después de que Kim Jong-un fuera el primero en subirse a él.El restaurante Kyounghung, uno de los más frecuentados por la elite, se ha renovado de arriba abajo.Y el aeropuerto Sunan presume desde el 1 de julio de flamante terminal, que recibe a los visitantes con una cafetería a rebosar de productos occidentales, una tienda libre de impuestos donde es posible pertrecharse a la última moda o comprar, a precio de oro, acceso a Internet o tarjetas SIM para móvil.Aunque su funcionalidad tiene un límite: una vez aterrizado el último avión y que los últimos pasajeros han completado el trámite de Aduanas, sus luces se van apagando.Además del inusual número de medios extranjeros, a Pyongyang llegan estos días en grupos organizados multitud de turistas de medio mundo que llenan los hoteles de la capital.Las que no se apagan son las imágenes del Eterno líder, Kim Il Sung, fundador del régimen, y de su hijo y sucesor, Kim Jong-Il, padre del dirigente actual.Hasta once efigies, en estatuas, murales o carteles, decoran el recorrido entre el aeropuerto y el centro de la capital, todas ellas cubiertas de luz.Invariablemente, cualquier otro punto iluminado guarda alguna relación con la dinastía que gobierna el país desde hace 70 años: el Arco de Triunfo, construido para conmemorar los 60 años de nuestro Querido Líder, o el teatroinaugurado para el centenario del Eterno Líder, explica la señorita Min.El ensalzamiento a sus líderes es la base de la propaganda que apuntala al régimen entre sus ciudadanos.Y dentro de esta iconografía, no hay mensaje más rotundo que el del sábado, el desfile militar al que seguirá todo un día de festejos que culminará en una sesión de fuegos artificiales, todo un despliegue para un país cuyo PIB anual per cápita es de mil 800 dólares, por debajo de Lesoto o Sierra Leona.Se espera que el propio Kim Jong-un presida el desfile por la plaza principal de Pyongyang, acompañado por los más altos representantes de la jerarquía norcoreana.También participarán algunas delegaciones extranjeras, entre ellas de China, encabezada por su responsable de Propaganda, Liu Yunshan.Durante el periodo de poder del actual líder se han celebrado otros dos grandes desfiles militares (en 2012 y 2013), que sirvieron para demostrar respeto a sus dos predecesores, Kim Il-sung y Kim Jong-il, su abuelo y padre, respectivamente.Sin embargo, en esta ocasión se espera que el joven Kim Jong-un mande el mensaje de que él es el que mantiene el poder absoluto de Corea de Norte, según Seo Yoo-seok, investigador del Instituto de Estudios de Corea del Norte, con sede en Seúl.Beijing y Pyongyang, oficialmente amigas, han mantenido unas relaciones cada vez más distantes en los últimos tiempos.Kim ya recibió hoy un adelanto de ese mensaje de fidelidad.Según informó la agencia oficial KCNA, los principales organismos de poder norcoreanos le enviaron una misiva en la que afirman que el Partido de los Trabajadores, el Ejército y el pueblo norcoreano siempre vencerán en su heroico avance, al contar con lo más alto del partido comunista y de la revolución.A las siete de la tarde, ya de noche en la capital norcoreana, centenares de jóvenes vestidos exactamente igual -camisa y gorra blancas, pantalón negro, corbata roja- se encaminan hacia las entradas del Metro.Acaban de terminar un ensayo del desfile. En otras aceras, en penumbra, se entrevé a decenas de personas que caminan. Son ciudadanos ordinarios que recorren a pie el camino de regreso a casa.El horario laboral concluye a las 18:00 horas, explica la señorita Min.La organización pro derechos humanos Human Rights Watch ha criticado este jueves esas movilizaciones masivas y otras prácticas que, según afirma, equivalen a la explotación prestadora del trabajo de su población.El trabajo forzado en Corea del Norte se ha convertido en algo tan común que no es ninguna exageración decir que domina las vidas de sus ciudadanos diariamente, asegura su subdirector para Asia, Phil Robertson.A pesar de que el importante aniversario llega precedido por los rumores sobre un posible lanzamiento de un cohete de largo alcance norcoreano, todo parece indicar que no se producirá de manera inminente y que el régimen se centrará en las celebraciones.El régimen anunció a mediados de septiembre que prepara la puesta en órbita de un satélite espacial lo que disparó las especulaciones de que se podría producir en la víspera del 10 de octubre.Tanto los expertos como las autoridades del Corea del Sur han descartado en los últimos días que el lanzamiento se lleve a cabo en los próximos días, a juzgar por las últimas imágenes de satélite de la base norcoreana de Sohae y otros indicios.