El 2 de junio, Justin LaFrancois participó en una manifestación contra la violencia policial y el racismo en el centro de Charlotte, Carolina del Norte, que planeaba transmitir en vivo por el portal del periódico alternativo para el que trabaja.
A poco de iniciada la marcha, la policía, que dijo que le habían tirado botellas y piedras, empezó a lanzar gases lacrimógenos hacia todos los integrantes de la marcha, incluidos los que desfilaban pacíficamente. Los manifestantes trataron de salir corriendo. Pero se vieron arrinconados en un sector de grandes edificios y pudieron escapar a los balines de gas pimienta y a las granadas aturdidoras levantando la cortina de un garage.
“Por Dios”, se le escucha decir a LaFrancois en un video en el que se lo ve jadeante y tosiendo por el gas. “Siento como que se me quema la cara, los ojos”.