Los niños que estaban en una prisión en el noreste de Siria que fue escenario de cruentos combates entre el grupo Estado Islámico y aliados proestadounidenses están viviendo en condiciones “increiblemente precarias” y no debían estar allí, informó el domingo la UNICEF.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia añadió que está dispuesta a ayudar a conseguir alojamiento para los niños más vulnerables, algunos de los cuales son de 12 años de edad. El reporte surge un día después de la visita de una delegación de la UNICEF a la prisión en Hassakeh.
Tras la visita, la misión de la UNICEF dijo que los niños llevan viviendo en condiciones precarias en la prisión desde hace años y que en enero “fueron testigos y sobrevivieron a un aumento de la violencia” en la prisión y sus alrededores.
La visita tuvo lugar dos días después de comandos estadounidenses mataron al líder del EI, Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi, en su escondite en el noroeste de Siria. El presidente Joe Biden aseveró que al-Qurayshi estaba detrás de la violencia en la prisión.
Más de 3.000 personas -- incluyendo unos 600 menores de edad, están en la prisión de Hassakeh también conocida como Gweiran o al-Sinaa.
“A pesar de algunos servicios básicos presentes aahora, la situación de estos niños es increiblemente precaria”, dijo en el reporte el representante de la UNICEF en Siria, Bo Viktor Nylund.