¿Por qué fracasó el llamado al Zócalo vacío?

Usuarios de Twitter y Facebook lanzaron una campaña con el fin de boicotear la ceremonia del Grito de Independencia del 15 de septiembre, que ayer y anteayer, sin embargo, llenó como siempre el Zócalo de la Ciudad de México. ¿Por qué fracasó la iniciativa?

México, D.F.Este es el quinto año en el cual se busca boicotear los festejos de las fiestas patrias en la Plaza de la Constitución. A través de redes sociales se han publicado videos, imágenes y realizado hashtags con la intención de impedir el evento. Aun suponiendo que la inconformidad contra el gobierno es tan grande como para lograr que nadie vaya al zócalo, el mayor reto para los promotores de la iniciativa sería hacer llegar el mensaje. Muchos dan gran importancia a Twitter y Facebook. Vía la primera el presidente Peña Nieto anunció la captura de “El Chapo” y de “La Tuta”. Protección Civil alertó con un tuit sobre el tornado en Acuña, Coahuila. Eso haría pensar que las redes llegan a todo México. ¿A quiénes llega? La Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI) indica que de los 122.3 millones de habitantes en el país, el 53.9% tiene acceso a internet, poco más de la mitad. De ellos, 99% tiene una cuenta de Facebook, pero sólo 23% tiene cuenta en Twitter. No sólo eso. En el caso de Twitter, 90% de los usuarios son residentes del Distrito Federal. En contraste, Facebook tiene más presencia en otros estados. El 19% radica en el Estado de México, el 13% en el Distrito Federal, le siguen Nuevo León y Puebla. Hasta ahora, con los datos ofrecidos, se puede concluir que las campañas de Twitter, por sí mismas, no penetran realmente en el grueso de la población. En cambio sí las de Facebook. Otros datos respaldan la hipótesis: En cuanto al nivel de escolaridad, en Twitter el 82.6% de los usuarios son profesionistas, es decir, cuentan al menos con una licenciatura. Cabe recordar que apenas 7 millones de mexicanos está dentro de esa categoría, menos del 5% de la población total. En suma: en este país la comunidad tuitera es una élite. Guillermo Pérezbolde, vicepresidente de Marketing de la AMIPCI, comentó que de acuerdo con los datos del estudio El usuario de Twitter en México, 70% de internautas está entre los 18 y los 36 años. Sobre el nivel socioeconómico dijo que en Twitter predominan la clase media, individuos que aunque no tienen ingresos sustanciosos, sí son estables. En suma, y esto es un acierto, Twitter no es la opinión pública general. En un sondeo realizado a 100 personas en una escuela, un mercado y en el Zócalo del DF —todas locaciones capitalinas— se les preguntó si conocían o usaban Twitter y Facebook: 99 comentaron ser usuarios de Facebook; de ellos 55 eran estudiantes de nivel medio superior y respondieron que sí conocen Twitter, pero que no lo usan; el resto de las personas eran comerciantes y empleados de tiendas departamentales, quienes dijeron que no tuitean; dos comentaron incluso desconocer la existencia de la red social. Por supuesto, no se trata de una muestra representativa que sólo una encuesta con metodología precisa puede lograr, pero ayudó para tomar un ejemplo de lo que los datos duros ofrecen. ¿Facebook mueve a la acción? Aunque no se han realizado estudios para saber cuántos de los usuarios que fungen como activistas virtuales salen a las calles a protestar, las redes sí han tenido impacto indudable en la sociedad mexicana. En lo que va del año, dos funcionarios públicos se vieron envueltos en escándalos que surgieron en redes y fueron después replicados en medios de comunicación tradicionales. Dos de los casos surgidos en Facebook y YouTube respectivamente fueron el de David Korenfeld, quien presentó su renuncia a Conagua luego de que se diera a conocer que utilizó el helicóptero de la institución para beneficio propio; y el de Lorenzo Córdova, al frente del Instituto Nacional Electoral (INE), quien se disculpó tras difundirse un audio grabado de manera ilegal en donde se le escucha burlarse de la forma de hablar de un supuesto líder indígena. No fueron los primeros casos. En abril de 2011 un grupo de tuiteros logró echar atrás una ley que se analizaba en el Senado, la cual planeaba un impuesto a internet. Algunos senadores tomaron la causa y tumbaron el proyecto. Dado que los números no favorecen a Twitter en cuanto a número de usuarios, hay que analizar el caso de Facebook. Primero que nada el dato global: aunque Facebook tiene 50 millones de usuarios, éstos siguen siendo menos de la mitad de la población total del país. E incluso asumiendo que por comunicación entre personas la influencia de dicha red social podría ser mayor, debe considerarse también otro factor: el del tipo de contenidos que los usuarios más consumen en dicha red. En el año en el que ocurrió la tragedia de Iguala y cuestionamientos por conflicto de interés contra el gobierno, lo que generó más acciones entre la comunidad mexicana de Facebook fueron un material de la farándula y otro deportivo. ¿Por qué fracasó el boicot a la celebración donde asistió el presidente Enrique Peña Nieto? Porque impedir que 100 mil personas —los requeridos para llenar el Zócalo— dejen de asistir al tradicional festejo, implicaría hacer llegar el mensaje a prácticamente todos los mexicanos quienes, además, tendrían que coincidir con los motivos del boicot. Una misión imposible todavía en este 2015. Considerando además que muchos tuiteros y usuarios de facebook recurren a ocultar su identidad con falsos nombres, y utilizar un vocabulario de maldiciones, groserías y descalificaciones que la gente de bien repudia y opta por ignorarlos, como ocurrió en esta ocasión y comprobado está. De continuar así, el fracaso está asegurado.