Pharr, Tx.- Ningún padre debería recibir el tipo de noticias devastadoras que dos policías de Bryan le dieron a Pam Todaro un sábado temprano. A las 6:46 de la mañana del 9 de agosto de 2014, aparecieron en la puerta de su casa para decirle que su hijo de 25 años había muerto en un accidente por conducir ebrio.
Su hijo Dillon conducía a casa y murió instantáneamente cuando su camioneta se salió de la carretera golpeando un buzón de ladrillos y un poste de concreto. Su concentración de alcohol en sangre era el doble del límite legal.
Dillon es solo una de las casi mil personas que mueren cada año en choques por conducir ebrio en Texas. Historias como la suya son parte de la campaña “Faces of Drunk Driving” de TxDOT que pone rostros reales detrás de las estadísticas.
El año pasado hubo 963 muertes relacionadas con alcohol. Eso significa que, en promedio en Texas una persona muere cada nueve horas y seis minutos.
“Beber y conducir puede tener consecuencias trágicas que son 100 por ciento prevenibles”, dijo el director ejecutivo de TxDOT, Marc Williams.
Una de los nuevos “rostros” de la campaña, Analicia Zárate, de 25 años, una sobreviviente del Valle del Río Grande: “No sé lo que estaba pensando el conductor del otro coche, pero terminó golpeando la parte delantera del vehículo y mi madre murió instantáneamente en la escena”, dijo la residente de Edinburg quien tenía cuatro años cuando sucedió el mortal accidente automovilístico en noviembre del 2000.
Dijo que recuerda haber salido de la iglesia con su madre y despertó una semana después en la cama de un hospital de McAllen.
“De hecho, estaba en coma inducido, debido a un traumatismo que sufrí durante el accidente, cuando me desperté, me había perdido el funeral de mi madre, me perdí su entierro”, dijo Zárate.
Explicó que el agresor que chocó contra ella y su madre había tenido tres incidentes de DWI anteriores.
El conductor ebrio tenía cuatro pasajeros, incluidos dos niños, en el vehículo y todos sobrevivieron, según Zárate.
Después de la recuperación y rehabilitación, ella y su familia tuvieron que lidiar con el trauma de la muerte inesperada.
Explicó que diez años después de la tragedia se enteró de que el conductor estaba en el país ilegalmente, cumplió dos años de prisión antes de ser deportado de los Estados Unidos.
“Mató a mi mamá, hirió a un niño pequeño, dejó a mi familia en ruinas, y aun así regresó y decidió beber y conducir de nuevo”.
Zárate se unió a Mothers Against Drunk Driving (MADD) y la información que aprendió la llevó a defender aún más la causa contra la conducción en estado de ebriedad.
“Intento compartir mi historia para animar a la gente, a no beber y conducir, no quieres este trauma no solo para ti sino para tu familia”, dijo Zárate.
Dijo que ahora disfruta ser una activa defensora para ayudar entender que beber y conducir no se mezclan a través de MADD y TxDOT.
“No soy un defensor de que la gente no beba, lo que te digo es que seas responsable con tu bebida”, dijo Zárate.
La nueva campaña de TxDOT comparte historias de tejanos que enfrentan las consecuencias de un accidente por conducir ebrio. Los eventos incluyen una exhibición de poderosos testimonios en video en inglés y español que pueden encontrarse en https://www.facesofdrunkdriving.com