WASHINGTON — El plan fue anunciado en el segundo y último día de la participación del presidente en la cumbre climática de Naciones Unidas en Glasgow, Escocia. Biden prometió trabajar con la Unión Europea y otras naciones para reducir las emisiones globales de metano en un 30% para 2030.
La pieza central de las medidas estadounidenses es una orden de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA por sus siglas en inglés) que endurece las normas sobre emisiones de metano en el sector del gas y el petróleo, como indicó una de las primeras órdenes ejecutivas de Biden.
La norma buscaría por primera vez una reducción de las emisiones en pozos existentes de gas y petróleo en el país, en lugar de centrarse sólo en nuevos pozos como hicieron medidas anteriores.
“Una de las cosas más importantes que podemos hacer en esta década decisiva —para mantener 1,5 grados al alcance— es reducir nuestras emisiones de metano lo más rápido posible”, dijo Biden, refiriéndose al compromiso global de limitar el calentamiento a 1,5 grados Celsius (2,7 Fahrenheit) por encima de los niveles registradas a finales del siglo XIX.
El metano es “uno de los gases de efecto invernadero más potentes que existen”, declaró Biden, y agregó que las nuevas reglas de Estados Unidos y el compromiso mundial “marcarán una gran diferencia”, no sólo en la lucha contra el cambio climático, sino para mejorar la salud, reducir el asma y otros problemas respiratorios.
Reducir las fugas de metano, “capturar el metano para convertirlo en nuevas fuentes de ingresos”, ahorrará dinero a las empresas y creará “empleos sindicales bien pagados para nuestros trabajadores”, señaló Biden.
El administrador de la EPA, Michael Regan, dijo que la nueva norma, contenida en la Ley de Aire Limpio, supondría reducciones significativas de las emisiones de metano y otros gases contaminantes y sería más estricta que el estándar implementado en 2016 durante la presidencia de Barack Obama.
La “acción histórica” de la EPA “asegurará recortes robustos y duraderos en la polución en todo el país”, dijo Regan. La nueva norma protegerá a las poblaciones cercanas a instalaciones petroleras y de gas natural y avanzará en los objetivos climáticos estadounidenses incluidos en el Acuerdo de París de 2015, indicó.
El sector del gas natural y el petróleo es la principal fuente industrial de metano del país. El metano es responsable de aproximadamente un tercio del calentamiento actual derivado de la actividad humana.
La industria del gas y el petróleo también es la principal fuente de otras emisiones aéreas dañinas, como complejos volátiles que contribuyen al nivel terrestre de ozono o el smog, así como toxinas aéreas como el benceno que se emiten junto con el metano.
Grupos ambientalistas describen la reducción de metano como la acción más rápida y asequible para frenar el ritmo del calentamiento global. Las normas actuales de emisiones de metano sólo afectan a las fuentes construidas o modificadas a partir de 2015, lo que deja sin regular más del 90% de los cerca de 900.000 pozos del país.
Fred Krupp, presidente del Fondo de Defensa Ambiental, calificó la nueva regla como “un paso importante que ofrece una gran victoria para 9 millones de estadounidenses que viven cerca de sitios activos de petróleo y gas”. Pero dijo que la EPA y otras agencias deben hacer más para reducir la quema y fugas de los llamados “pozos marginales” que tienen emisiones desproporcionadamente altas.