Llama a feligreses a rezar por los responsables mundiales de los temas económicos
Pide Cardenal recibir la vida con humildad
Llama a feligreses a rezar por los responsables mundiales de los temas económicos
Oremos por todos los sacerdotes que han sido asesinados en los últimos meses para que vivan siempre en la presencia de Dios’’. , Cardenal Norberto Rivera, Arzobispo Primado de México.
Ciudad de México Al celebrar la misa dominical en la Catedral Metropolitana, el Cardenal Norberto Rivera Carrera invitó a los fieles a recibir “día tras día, la palabra de vida, no con un corazón soberbio, creyéndonos sabios y entendidos, sino con un espíritu inteligente, de quien sabe ser humilde y sencillo ante los misterios que Cristo nos quiere revelar”. Rivera Carrera pidió también por el eterno descanso de Luis López Villa, presbítero que fue privado de la vida en días pasados, “y por todos los sacerdotes que han sido asesinados en los últimos meses para que vivan siempre en la presencia de Dios”. Además, llamó a los feligreses a rezar por los responsables mundiales de los temas económicos “para que cese la explotación en todo el mundo y desaparezcan las causas que originan el hambre”. En su mensaje, el arzobispo primado de México afirmó que la fe cristiana está cimentada en la conciencia de que Jesús fue el hijo de Dios. “Él, no es sólo “Cristo”, es decir “Mesías”, no es sólo el hijo del hombre, no es sólo el más grande de los profetas, es el hijo de Dios vivo, es la palabra eterna del padre, es igual a Dios. Entre Él y el Padre hay comunión e identidad total”. Enfatizó en que sólo aquellos que confíen plenamente en la existencia de Jesús son consolados, fortalecidos y renovados interiormente. “Sólo Dios puede ser capaz de consolar de verdad a todos los fatigados y oprimidos del mundo. Jesús lo dijo y lo hace”. El prelado recordó a Pascal, quien dijo: “el corazón tiene razones que la razón no comprende”, y argumentó que la fe es razonable pero no se queda en lo racional. “El Evangelio no es una ciencia, sino una creencia, necesitamos de la razón para entenderlo, pero la fe nos lleva a horizontes más amplios que los que nos puede dar la razón. La fe no es cuestión de pura razón, sino de corazón puro, para aceptar lo que Dios nos ha querido revelar”.