Cada vez son más los negocios donde se vende el kilogramo de tortilla hasta en $23.00 y $22.00 bajo el pretexto de que han visto incrementados los costos de los insumos como son gas LP, electricidad y materia prima (la Maseca).
La medida que han venido aplicando buen número de industriales de la masa y la tortilla, viene a lesionar la de por sí muy golpeada economía familiar, sobre todo la de la clase obrera y más aún de aquellas que apenas sobreviven con el raquítico salario que devengan.
Los incrementos en precios de comestibles como es el caso de la tortilla, frijol, leche, huevo, aceite comestible, legumbres y frutas, por mencionar tan sólo algunos, se han ido sucediendo cada vez con más fuerza a pesar de que altos gobernantes aseguraron a inicios del 2021 que no habría más aumentos.
Pero en la práctica, las palabras no calaron en lo más mínimo en el ánimo de grandes distribuidoras de alimentos que pasaron por alto la orden y el anuncio dado y a seis meses y medio de iniciado el año, sigue adelante la carestía de los comestibles.
La gente, sobre todo la que tiene menos recursos, que hace algunos meses compraba un kilo de tortilla, en la actualidad compra la mitad. Lo mismo ocurre con quienes iban a surtir mandado y gastaban $500.00 por mencionar una cantidad, ahora la cifra la redujeron a $400.00, pues compran menos con lo mismo.