El doctor Danny Avula, director de la campaña de vacunaciones contra el COVID-19 del estado de Virginia, sospechó que podría tener problemas para conseguir que los pastores apoyasen ese esfuerzo cuando miembros de su propia iglesia lo definieron como “la marca de la bestia” --una referencia bíblica a una alianza con el diablo-- y el pastor no supo cómo responder.
“Muchos pastores, dependiendo de dónde se encuentran sus congregaciones, no quieren meterse con la vacuna porque es un tema tan fuerte, que genera críticas inmediatas de parte de un sector de la comunidad que no está de acuerdo” con ellas, expresó Avula.
En todo el Bible Belt (Cinturón de la Biblia, como se conoce a la región del sudeste de Estados Unidos con gran presencia evangélica), donde hay un enorme brote de la variante delta del virus, las iglesias y sus pastores ayudan y también entorpecen la campaña de vacunaciones.